Por Francisco Córdova / Director, Observatorio de Arecibo

(Este artículo es parte de la serie especial Mirada Científica, Puerto Rico Vota ConCiencia, realizada por la organización Ciencia Puerto Rico, a base de entrevistas a los candidatos a la gobernación de Puerto Rico. Acceda aquí al enlace del audio de las entrevistas a los candidatos).

Muchas veces nos quejamos de nuestra infraestructura: carreteras llenas de hoyos y servicios de salud, electricidad o agua potable que no cumplen con expectativas de calidad, entre otros. A pesar de sus deficiencias, al menos podemos decir que existe ese conjunto de servicios básicos necesarios para que el país funcione.  Sin embargo, no se puede decir lo mismo de la infraestructura de investigación en Puerto Rico.

Puerto Rico apenas ha podido mantener su infraestructura de investigación básica a flote. Mucho menos ha tenido tiempo o dinero para definir los servicios básicos para que Puerto Rico pueda competir con otras jurisdicciones y países en investigación científica. Ahora mismo, la infraestructura de investigación puertorriqueña se compone de un grupo fracturado de esfuerzos gubernamentales, federales y privados que tienen poca coordinación y cuya dirección estratégica no ha sido bien expresada. Definir y crear consenso alrededor de esta dirección estratégica para Puerto Rico será esencial para crear una infraestructura de investigación sólida. Esto nos permitirá utilizar la investigación y el desarrollo para fortalecer al Puerto Rico del futuro.

De cara a las elecciones propongo algunas guías a los políticos del País con el fin de apoyar la creación de la infraestructura científica que necesitamos. ¿Qué hay que hacer?

Tenemos que definir áreas investigativas que añadan valor crítico a las fortalezas del País y crear una hoja de ruta de investigación integrada que se enfoque en beneficiar a los ciudadanos puertorriqueños.

Hay que hacer “benchmarking” ¿Qué países han logrado integrar la investigación y el desarrollo como un modelo de desarrollo económico y social sustentable? ¿Cómo lo lograron? ¿Cómo comparamos con estos países? ¿Cómo podemos aplicar sus lecciones al contexto de Puerto Rico?

Hay que facilitar la colaboración entre la industria privada y el sector público a través de políticas y programas que faciliten, por ejemplo, la transferencia de tecnologías y el empresarismo universitario. Nuestras universidades y estudiantes son partes esenciales y obligatorias de esta propuesta. De esa manera, invertimos en el presente y el futuro a la vez.

Hay que asegurar que las agencias tengan la capacidad de manejar los proyectos. No solo vale establecer la estructura y dejar que cada grupo haga lo que quiera. Hay que manejar el progreso, crear planes de proyecto y poner metas, asegurándonos que esa inversión que se está haciendo va a rendir los frutos quequeremos, en el tiempo que lo necesitamos.

Y por último, hay que evaluar periódicamente los resultados de nuestra inversión en investigación y desarrollo y ajustar estrategias de ser necesario. En el ámbito mundial, las economías cambian rápidamente. Tenemos que ajustarnos a esos cambios ágilmente. Y como en las ciencias, algunos resultados serán los esperados y otros no.

Cerebros brillantes tenemos de más en Puerto Rico, pero hay que decidir cómo los vamos a usar. ¿Será en tecnologías para la industria aeroespacial? ¿Quizás en energía renovable, en ciencias biológicas o en clima espacial? Esto requiere liderazgo público y colaboraciones privadas, que Puerto Rico defina la estrategias para maximizar ese capital humano. Tenemos que dejar de estar “apagando fuegos” y comenzar a alinear las estrategias y colaboraciones con la planificación a largo plazo.

En fin, sin un plan no vamos a llegar a ningún lado. Hay que definir la dirección del País y utilizar la investigación como un método de impulso al programa estratégico de Puerto Rico. Tenemos la capacidad, la necesidad y la oportunidad de definir una estrategia que nos ayude a sacar al país adelante. Dejemos de ser seguidores y comencemos a ser líderes. Hagamos el compromiso. Vamos a trabajar.

Publicado originalmente como tribuna invitada en El Nuevo Día.