Abrigan al tinglar playas del noreste

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Por Carlos E. Diez / Especial El Nuevo Día endi.com Este reptil tiene un caparazón formado de plaquitas óseas muy finas y pequeñas, que cubierto por un tejido parecido a la piel (de ahí su nombre común en ingles “leatherback”). También tiene unas aletas delanteras largas y fuertes que junto a su diseño hidrodinámico de su caparazón le permite navegar largas distancias. El tinglar tiene por hábitat las aguas profundas el océano y frecuenta aguas templadas, como es el Ártico o el norte del Atlántico. Este tiene que regresar a aguas tropicales para su reproducción. Se alimenta de aguas vivas de gran tamaño y tiene que bucear hasta 1,000 metros en busca de comida. El tinglar tiene un crecimiento rápido y se estima que a los 10 años ya ha llegado a su edad de maduración sexual, esto es veloz si lo comparamos con las otras especies de tortugas marinas, que pueden tardar hasta 30 años. Las playas más importantes de anidación para la tortuga tinglar se encuentran en Guyana y Surinam. También existen colonias anidantes en el Pacifico de México, Costa Rica y Asia, pero sus números han mermado considerablemente. En el Caribe, las playas de Trinidad y Tobago albergan alrededor de 3,000 nidos, seguido por Puerto Rico e islas adyacentes, que sobrepasa los 700 nidos en temporada alta. Aunque hay anidación prácticamente en todo Puerto Rico, las playas más importantes se encuentran en el noreste, Fajardo, Culebra y Vieques. Estudios moleculares han determinado que las hembras anidantes de Culebra, Fajardo e Islas Vírgenes son parte de una misma población y prueba de esto ha sido los reportes de tinglares marcados en las playas de Culebra y luego vistos anidando en St. Croix o Fajardo y viceversa. Por lo tanto, esto eleva el nivel de importancia para las playas de Puerto Rico, ya que tienen la responsabilidad de ser dispersores de esta especie para el resto del Caribe. Reportes de animales capturados en las costas de Nueva Escocia, Canadá han encontrado tinglares marcados en Culebra y Fajardo. Otros estudios también han demostrado que tinglares anidantes de Fajardo y/o Culebra migran hacia aguas templadas del norte del Atlántico. A pesar del aumento en nidos detectado en Luquillo/Fajardo, en la Isla de Culebra ha sido lo contrario, ya que los números de nidos han bajado en los últimos dos años. Todavía es muy prematuro para llegar a conclusiones sobre esta merma. Por tanto, es importante continuar monitoreando las poblaciones anidantes de tortuga tinglar para poder determinar su condición actual y tomar medidas de conservación y manejo. En Puerto Rico, los proyectos de monitoria -conocido como Proyecto Tinglar- son auspicados por el Departamento de Recursos Naturales, Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre y sus colaboradores, entre ellos la empresa GULF (Caribbean Petroleum), Sea-Grant-UPR y Chelonia Inc. La conservación de la tortuga tinglar en la Isla y por ende en el Caribe es tarea de todos. La amenaza constante de nuestras costas a causa del desarrollo turístico y urbano no planificado correctamente junto a la contaminación de nuestras playas y aguas es un obstáculo que tienen que vencer estos gigantes marinos para perpetuar su especie; sin contar los peligros en mar abierto (causa principal de mortandad). Es por eso, que los ciudadanos de Puerto Rico deben participar activamente en la protección de estas especies, apoyando designaciones de hábitat críticos y reservas naturales y evitando la contaminación lumínica y de basura en nuestras costas.