Era de la biofarmacéutica
Enviado el 5 junio 2007 - 12:51pm
Este artículo es reproducido por CienciaPR con permiso de la fuente original.


Por Gustavo Vélez / Economista
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A pesar de las altas y bajas de la industria manufacturera, la realidad es que el sector biofarmacéutico ubicado en la Isla aparenta estar en su mejor momento.
La manufactura aparenta estar bajo un proceso de transformación que lejos de culminar a penas comienza. Si bien es cierto que la economía se ha visto afectado por continuos cierres de establecimientos de manufactura tradicional no deja de ser menos cierto, que en los pasados meses han ocurrido importantes expansiones en la manufactura de alta tecnología. Ante la desaparición de la Sección 936, las reestructuraciones en el orden económico global, y las presiones competitivas internacionales, la industria manufacturera parece estar transitando a toda velocidad hacia la llamada “economía del conocimiento”.
El consenso apunta a que Puerto Rico dejó de ser competitivo en los sectores industriales tradicionales, y ahora las ventajas competitivas se concentran en las industrias de alto valor añadido.
La expansión de importantes firmas como Amgen, Abbott, Eli Lilly, hacia nuevos procesos productivos asociados a la biotecnología, confirman que la Isla está preparada para entrar a un nuevo nivel industrial. Si en la década del 1970 comenzó la era de las farmacéuticas, 30 años más tarde ha comenzado la era de la biotecnología.
Más de tres décadas de evolución y de transferencia de conocimientos, sirven de base para que el capital humano puertorriqueño sea capaz de consolidar a la Isla como un importante centro biotecnológico mundial.
Cuando se observan las estadísticas oficiales, se confirman las oportunidades que tiene el País en esta industria. Entre el 1997 y el 2006 el valor de la exportación de productos farmacéuticos aumentó de $8,900 millones a $35,900 millones. Durante ese mismo período, el valor de las exportaciones de la industria farmacéutica como proporción del total de las exportaciones aumentó de 37.3% a 59.8%. Actualmente en Puerto Rico se manufacturan 14 de los 20 productos farmacéuticos de mayor venta en el mundo.
Medicamentos como Lipitor, Plavix, Zoloft, entre otros, se manufacturan en la Isla. Igualmente, operan 18 compañías farmacéuticas y hay 36 operaciones de manufactura, generando cerca de 30,000 empleos directos, que pagan una nómina anual que sobrepasa $500 millones.
Los retos mundiales
A pesar de las fortalezas que goza Puerto Rico en este sector, hay que reconocer que la Isla enfrenta grandes retos que deben ser atendidos con urgencia. El primero de estos retos es la intensa competencia que están presentando otros países como Irlanda y Singapur.
Estos países han desarrollado efectivas estrategias que le han permitido potenciar su competitividad en esta industria, mediante leyes, incentivos y cuantiosas inversiones para atraer a las principales multinacionales biofarmacéuticas.
Singapur por ejemplo ha desarrollado un ambicioso proyecto que lleva como nombre Biopolis, que esencialmente es un megaparque industrial enfocado hacia la biotecnología. El mismo provee edificios listos para ser ocupados, institutos de investigación y desarrollo, así como la infraestructura física, humana y tecnológica que requieren las empresas.
Igualmente el gobierno de Irlanda ha iniciado una agresiva estrategia de incentivos para atraer nuevos proyectos, que incluye la provisión de paquetes de incentivos y la inyección de aportaciones en efectivo para el inicio de nuevos proyectos.
Su ley de incentivos parece ser lo suficientemente agresiva para competir directamente con la Ley de incentivos de Puerto Rico. Para acabar de complicar el panorama, países como China e India se están adentrando rápidamente en la competencia mundial farmacéutica. Después de todo, estamos hablando de un mercado mundial farmacéutico de sobre $700,000 millones, con altos márgenes de ganancia.
Una agenda de futuro
De cara al futuro, Puerto Rico tiene que imponerse una agenda para mantener e incrementar su competitividad en esta industria.
El primer paso debe ser la confección de una nueva Ley de incentivos contributivos, una vez se despeje el panorama político. Ante la intensificación de la competencia mundial, la Isla necesita la mejor ley del mundo para fortalecer su competitividad internacional y continuar atrayendo empresas.
El segundo paso, debe ser comenzar a crear las condiciones para que desde Puerto Rico se comiencen a realizar proyectos de investigación y desarrollo (ID). Bajo el modelo anterior, Puerto Rico se especializó en la producción, ahora urge transitar hacia la fase de ID. La infraestructura académica y la creación de un ecosistema de actividades científicas son componentes esenciales dentro esta estrategia. En tercer lugar, urge atender el tema de los costos de producción, especialmente el costo energético. Las actuales tarifas no son aceptables y nos restan competitividad.
Y finalmente, urge continuar mejorando la oferta académica para que el País pueda producir el mejor capital humano que requerirán las empresas biofarmacéuticas en su proceso de expansión. Si atendemos esta agenda, tendremos una alta probabilidad de éxito.