Estudiante boricua tras la conservación de África

Este artículo es reproducido por CienciaPR con permiso de la fuente original.

PDF versionPDF version
Por Aurora Rivera Arguinzoni / arivera@elnuevodia.com Su amor por los animales y su sueño de visitar África se combinarán en pocas semanas cuando Nicole Morales Molina, de 20 años, se convierta en la primera estudiante puertorriqueña en participar como voluntaria del programa Africa Conservation Experience. Criada en la ruralía de Bayamón y educada en escuelas públicas de este pueblo y de Toa Alta, Nicole espera completar un bachillerato en industrias agropecuarias y un grado asociado en preveterinaria de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez. Luego dejará el País para convertirse en veterinaria, pues es una profesión que no se enseña en Puerto Rico. Pero antes quiso adquirir un poco de experiencia en su campo y, tras fallar en el intento de hacer un internado en el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), encontró en Internet información sobre el programa de voluntariado de Africa Conservation Experience. Esta organización, creada en el 1999 en el Reino Unido, le ha permitido a más de 3,500 voluntarios dispuestos a costear sus gastos, conocer y ayudar a conservar el entono natural del sur de África a través de sus 15 proyectos. Gracias a una inversión familiar de cerca de $10,000, Nicole asistirá al equipo de trabajo del Khulula Care for Wild del 27 de mayo al 29 de junio de este año. Ese será el regalo de su cumpleaños número 21. “Nos complace confirmar que Nicole Morales Molina será la primera estudiante del género femenino de Puerto Rico que participe en uno de los proyectos voluntarios de African Conservation Experience en el sur de África”, lee la carta que le fue enviada el mes pasado desde el Reino Unido por Carol Moen Wing, encargada de promover las iniciativas. Antes había ido un varón. La misiva detalla que las responsabilidades de la joven incluirán alimentar animales, limpiar y preparar las áreas en que estos se encuentren, proveerles esparcimiento y ejercicio, mantener sus registros al día y participar en los eventos de liberación de animales rehabilitados que ocurran durante su estadía. Como parte del proceso, aprenderá sobre los retos que enfrenta la zona en temas de conservación. “Me crié con los animales, en el campo. Siempre me encantaron”, aseguró la joven. “Cuando apenas empezaba a hablar, pidió a Santa Claus un perro y tortugas”, recordó su madre, Sheila Molina. “Pasaba tiempo muerto afuera velando las reinitas. Odiaba las muñecas. Las Barbies las guardaba en cajas, nuevas. Ella es bien 'extreme'”, aseguró. Nicole es amante de las actividades al aire libre. No se visualiza trabajando con animales en espacios cerrados, más bien piensa en investigar y realizar trabajo de campo. Esa es una de las cosas que espera poder hacer en el continente africano. “Es el país que quería visitar, es una cultura diferente a la mía y sé que me va a encantar”, anticipó. De esa manera Nicole llevará a otro nivel su pasión por los animales, como cuando siendo apenas una infante cargaba a las gallinas de su casa cual si fueran bebés o caminaba con su cabrito Pepo como si se tratara de un perrito.