Iniciativa en pos del desarrollo comunitario

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Por Viviana Torres Mestey / Especial para El Nuevo Día endi.com Una nueva cepa de investigadores sociales se cultiva en el corazón de la Universidad de Puerto Rico en Humacao con el Bachillerato en Investigación Acción-Social (INAS), único en el País. Los estudiantes del bachillerato obtienen a través de los cuatro años del programa las destrezas necesarias para organizar grupos sociales, talleres a las comunidades, servicios de apoyo comunitario, manejar resolución de conflictos y técnicas de investigación social, según Edibel Ramos, estudiante de cuarto año del bachillerato. “Me interesó el bachillerato por lo que me iba a brindar como persona y las herramientas que me iban a ser efectivas a lo largo de mi vida personal y profesional como el aprender a entender y respetar el punto de vista de los demás y el crear solidaridad”, dijo Ramos, de 22 años. Con los conocimientos adquiridos se promueve a su vez la autogestión comunitaria y los estudiantes se convierten en facilitadores de diálogos y discusiones que resultan en soluciones a los problemas de la comunidad, añadió la profesora María de Lourdes Lara, catedrática asociada y psicóloga social comunitaria. Luego de los cursos de educación general que obtienen el primer año, los estudiantes se especializan en diferentes áreas con cursos de interés particular como salud, biología, comunicación, gerencia y educación, entre otros. Además, durante los tres años restantes se insertan en un proyecto comunitario de su selección. Actualmente los estudiantes y profesores trabajan con seis organizaciones comunitarias, entre ellas la Alianza para el Desarrollo de Ceiba (APRODEC), Cónclave Comunitaria, Corporación Apoyo a Programas Educativos y Comunitarios (CapedCom), programas de prevención de violencia y trabajo con mujeres maltratadas. “La meta es transformar la práctica de la docencia”, dijo Viviana Cruz, profesora del bachillerato. Esto porque la comunidad es el espacio de aprendizaje principal en este programa y los grupos salen del espacio tradicional del salón de clase, al menos una vez a la semana. El estudiante graduado del bachillerato de Investigación y Acción Social podrá, según la oferta académica, aspirar a continuar estudios graduados en otras disciplinas de las Ciencias Sociales o campos relacionados. “Aquí se generan profesionales que pueden trabajar tanto en el gobierno, en la empresa privada y por su cuenta”, dijo Cruz. “Tanto los estudiantes como las comunidades aprenden a dominar destrezas sociales y ciudadanas para luego poder asumir las luchas propias”, añadió. No obstante, existe la duda de si este programa y sus proyectos se verán afectados por la Ley 7 y las Alianzas-Público Privadas (APP) puesto que las labores sociales en las que trabajan no necesariamente generan grandes ingresos a corto plazo. “El bachillerato en Ciencias Sociales no se visualiza como una inversión grande y corre peligro pues no está sostenido para generar ganancias para un grupo particular. Para que sobreviva debe ser costo efectivo pero eso no se puede medir sólo en dólares y centavos”, apuntó Lara. Los profesores entienden que programas como éste trascienden el valor económico y se convierte en una inversión educativa que a largo plazo generará profesionales productivos.