Menos lugares para deshacerse de la basura

Este artículo es reproducido por CienciaPR con permiso de la fuente original.

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Por Gerardo E. Alvarado León / galvarado@elnuevodia.com endi.com El inminente cierre de cinco rellenos sanitarios de aquí a siete meses agrava el viejo problema de manejo y disposición de los desperdicios sólidos en la Isla, toda vez que la basura que éstos reciben será depositada en otros vertederos cuya vida útil -a lo sumo- es de más o menos 15 años. El panorama podría ser más complicado si se le añade que la tasa de reciclaje en Puerto Rico es de sólo 10% (cuando por ley debería ser 35%), que no existe una infraestructura adecuada para procesar el material potencialmente reciclable que se recupera, y que el cierre de vertederos representa un gasto adicional para los municipios que tienen que llevar su basura de un punto a otro. Peor aún, la directora de la Autoridad de Desperdicios Sólidos (ADS), Rebeca Nieves reconoció ayer -por primera vez- que la corporación le perdió el rastro a la basura en los vertederos que están en operaciones, incluyendo los cinco próximos a cerrar y los 24 que quedarán a partir de junio de 2010. De acuerdo con Nieves, no hay certeza de cuánta basura llega a diario a los rellenos sanitarios. Asimismo, indicó, que se desconoce en qué vertederos los municipios hacen sus depósitos. La combinación de estos factores impide que se sepa a ciencia cierta cuál es la vida útil de los vertederos en la Isla. Candado a vertederos En 2007, la Agencia federal de Protección Ambiental (EPA, en inglés) emitió varias “órdenes por consentimiento” para cerrar cinco vertederos, que se sumarían a los 34 que se cerraron en 1994 porque no cumplían con una nueva reglamentación que exigía estrictos y costosos requisitos para minimizar sus impactos ambientales. En consecuencia, el vertedero de Aguadilla dejó de recibir basura en 2007. Los de Vega Baja y Florida tendrán que hacerlo el 31 de diciembre de este año, mientras que el de Santa Isabel lo hará el 31 de enero de 2010. El vertedero de Toa Baja, que recibe el 15% de los desperdicios sólidos del País (1,400 toneladas al día), cesará operaciones el 30 de junio de 2010. Al igual que en 1994, el cierre de estos cinco vertederos se debe a que incumplen con los estándares de control de lixiviados o “jugos de la basura”, descargas, emanaciones y seguridad. A fin de ilustrar “el problema” con los vertederos, Nieves contó que cuando el de Aguadilla dejó de operar, la basura fue a parar al de Moca sin que la ADS fuera informada al respecto. “La ADS ha fallado” “Estamos buscando esa información (de dónde y cuánta basura se deposita). Le escribimos a los alcaldes, operadores y dueños de vertederos. Tienen que demostrar el tiempo de vida útil que les queda a sus vertederos, porque ahora mismo no se sabe. La ADS ha fallado en mantener el control de flujo de los vertederos”, dijo Nieves. Por su parte, la subdirectora de la ADS, Patricia Crumley, destacó que a mediano plazo la agencia prevé la creación de “mercados secundarios”, es decir, de industrias que aprovechen el material reciclable recuperado. Pero lo cierto es que esta práctica no ha tenido mucho éxito en la Isla. La planta de reciclaje de aceite usado Olein Recovery, en Yabucoa, se ve obligada a importar materia prima para operar, al menos, al 80% de su capacidad. Esa mismo fue lo que llevó a la planta de reciclaje de vidrio Owen Illinois, con sede en Vega Alta, a cerrar sus operaciones en febrero de 2008. ¿Qué se hará diferente esta vez?, se le cuestionó a Crumley. “Queremos convocar reuniones con las industrias de reciclaje y ver de qué manera la ADS puede asegurarse de que los mercados se establezcan y se queden en Puerto Rico. Es ridículo pensar que tengamos que importar material”, soltó. No más vertederos Nieves comentó que la creación de nuevos vertederos no es la solución al problema de la basura en el País. “En el área norte está la zona cársica, que tiene unas regulaciones ambientales muy estrictas; en la zona montañosa la topografía no permite la construcción y en el sur casi todos los pueblos tienen su vertedero”, dijo. No obstante, la funcionaria aclaró que los rellenos sanitarios sí pueden expandirse. Eso es lo que ocurrirá con el de Toa Baja, cuya orden de cierre también estableció que se creara un nuevo espacio para que la basura siga llegando hasta el 31 de diciembre de 2014. A largo plazo, la ADS pone sus esperanzas en varios proyectos, siendo el establecimiento de dos plantas de conversión de desperdicios sólidos a energía (“waste to energy”) los más ambiciosos. Ambas propuestas están bajo la consideración de la Autoridad de las Alianzas Público Privadas. Sin embargo, este no es un tema nuevo para los puertorriqueños. Durante el cuatrienio pasado, la ADS preparó su “Itinerario de Proyectos de Infraestructura”, que contempló las mismas dos plantas para el norte de Puerto Rico; una entre Aguadilla y Arecibo, y la otra entre Toa Baja y Fajardo. El costo de cada una se estimó en $400 millones y tendrían capacidad para procesar unas 1,500 toneladas de basura al día. “Para solucionar el problema de los basura también tenemos los otros vertederos que están viables, y tenemos proyectos para hacer carreteras con neumáticos, asfalto con aceite reciclado y hormigones no estructurales con goma y vidrio”, contó Crumley. “Los puertorriqueños generan cinco libras de basura por día, es decir, cuatro toneladas al año. La ADS no puede hacer todo sola. Hay que crear conciencia de los efectos de la basura y reusar y reducir la cantidad de desperdicios que generamos”, subrayó Nieves. Opina la industria Para Luis Hernández, presidente de AR Waste (que administra el vertedero de Vega Baja), el cierre de rellenos sanitarios agudizará la crisis económica de los pueblos que los albergan. Se estima que llevar una tonelada del norte al sur de la Isla cuesta $93. “Va a haber municipios que no podrán pagar, porque habría que aumentar los contratos de acarreo que ya existen. Los municipios van a mermar el recogido y van a proliferar los vertederos clandestinos”, advirtió Hernández. Defendió que los cierres sólo favorecen a quienes quieren establecer las plantas de “waste to energy” aquí. En tanto, el abogado ambiental Francis Torres, también de AR Waste, alegó que el establecimiento de estas plantas no resolverá el problema de la basura, toda vez que su construcción -nada más- podría tardar hasta ocho años. “Los cambios no son de un día para otro y hasta ahora el reciclaje no ha sido efectivo en la Isla”, concluyó.