Puerto Rico reprueba en educación

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Keila López Alicea
Puerto Rico mejoró en 2015 las puntuaciones que obtuvo en las pruebas PISA en Ciencias y Lectura en 2012. (Archivo/ GFR Media)

Es una realidad que sorprendió a pocos: el sistema educativo de Puerto Rico –tanto público como privado– ocupa uno de los últimos escalafones en la clasificación mundial, a base de los resultados obtenidos en una prueba estandarizada internacional. Pero lejos de provocar lamentos, el desempeño de la Isla en las pruebas del Programa Internacional de Evaluación Estudiantil (PISA, por sus siglas en inglés) deberían ser la zapata para que el País trace una nueva ruta en todos sus sistemas educativos.

Por primera vez en la historia, estudiantes de escuelas públicas y privadas de Puerto Rico pueden compararse con alumnos de más de 70 países y territorios alrededor del mundo luego que la Isla participara oficialmente de la administración de las pruebas PISA en 2015, exámenes administrados por la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD, por sus siglas en inglés). Y aunque los resultados en las pruebas de Ciencia, Matemáticas y Lectura coloca a los estudiantes locales en niveles muy por debajo del promedio mundial, estos deben servir para que finalmente se trabaje en todo el País un proyecto educativo a largo plazo, señaló la exdecana de la Facultad de Educación de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Río Piedras, Ángeles Molina.

Asimismo, los resultados de primera instancia evidencian la brecha que existe en el aprendizaje entre los estudiantes de acuerdo con su nivel socioeconómico.

De acuerdo con los resultados dados a conocer ayer, los alumnos en Puerto Rico obtuvieron una puntuación de 403 en la prueba de Ciencia, 90 puntos por debajo del promedio mundial. En la prueba de Matemáticas, la puntuación alcanzada fue de 378, de un promedio de 490; mientras que el resultado en la prueba de Lectura fue de 410, muy por debajo del promedio de 493.

En el caso de la prueba de Ciencias –la más detallada que aparece en el informe– se determinó que los estudiantes de la Isla de un mayor nivel socioeconómico obtuvieron, en promedio, 92 puntos más en sus resultados que los adolescentes en los escalafones socioeconómicos más bajos.

Dado que Puerto Rico es un territorio no incorporado de los Estados Unidos, la OECD no le otorga a la Isla un espacio en su clasificación mundial. No obstante, a base de las puntuaciones obtenidas, de ser incluidos, Puerto Rico ocuparía un espacio entre los diez países con peor desempeño en las pruebas de Ciencias y Matemáticas, mientras que en Lectura habría obtenido la clasificación número 56 entre 70 países.

El ránking mundial fue encabezado por Singapur, seguido por Japón, Estonia, Finlandia y Canadá. Estados Unidos ocupó el lugar número 16 en Lectura, el 21 en Ciencia y el 38 en Matemáticas.

Poco dominio de las destrezas

A diferencia de las pruebas estandarizadas que se ofrecen a nivel local, las PISA se ofrecen a una muestra de alumnos de 15 años de edad de instituciones públicas y privadas.

Los resultados globales de las pruebas PISA se dieron a conocer ayer en Francia, y de inmediato no se hizo público el análisis total del desempeño de los alumnos en Puerto Rico. Ante esto, no fue posible obtener el número total de estudiantes que completaron el examen, tampoco cuántas escuelas públicas y colegios privados participaron.

No obstante, el informe global contiene varios detalles reveladores sobre el estado de la educación en la Isla.

El 50.4% de los estudiantes no mostraron dominio de las destrezas en Lectura, presentado en el informe de la OECD como alumnos que no alcanzaron el Nivel 2 de conocimiento en las pruebas. En Matemáticas, el 72.6% de los estudiantes obtuvieron puntuaciones por debajo del Nivel 2, mientas que el 55.4% de los alumnos no demostró un dominio mínimo de las destrezas en Ciencias. Ningún estudiante de Puerto Rico llegó al nivel máximo de conocimiento, el Nivel 6, en las pruebas de Ciencias y Matemáticas.

Un 0.1% de los estudiantes de Puerto Rico obtuvo puntuaciones en las tres materias que lo ubicarían entre los mejores resultados a nivel mundial. Mientras, el 44.1% de los alumnos obtuvo un desempeño que los coloca entre los resultados más bajos a nivel mundial en todas las destrezas.

“Me parece que no debe sorprender a nadie que hayamos obtenido estos resultados”, expresó Molina. “Si algo, esto apunta una vez más a la urgencia que se tiene de una transformación profunda de la educación en Puerto Rico, algo que tiene muchas vertientes. No se trata solo de la sala de clases, esto también debe tocar la preparación de maestros, el elevar los criterios de admisión (a las Facultas de Educación), subir los salarios de los maestros, bregar con el problema del retiro de maestros, manejar muchos factores sociales...”, expresó la exdecana riopedrense.

Las pruebas PISA se comenzaron a administrar en el 2000 en una treintena de países. Actualmente se administran cada tres años, en el 2015 unos 540,000 estudiantes de 72 países y territorios tomaron el examen, aunque en total se detalla el desempeño de unas 120 jurisdicciones debido a que no todas las regiones dentro de un país participan de la prueba. Por ejemplo, en el caso de Estados Unidos solo se tomó en cuenta el desempeño de los estados de Carolina del Norte y Massachusetts para determinar su puntuación total.

Dado que las pruebas son operadas por una entidad con énfasis en el desarrollo económico de los países, los análisis de resultados le dan particular atención al desempeño estudiantil en el área de Ciencia. Algunos datos que se destacan es que el 29.1% de los alumnos locales asegura que le interesa estudiar una carrera en el área de la salud.

Urge plan a largo plazo

Aunque este es el debut oficial de Puerto Rico en el informe internacional de la OECD, estudiantes de la Isla tomaron la prueba por primera vez en 2012 como parte de un plan piloto. Al comparar los resultados,el desempeño de los estudiantes mejoró en las pruebas de Ciencia (401 versus 403) y Lectura (404 versus 410), aunque la puntuación nacional bajó un punto en la prueba de Matemáticas.

De hecho, desde el 2012 se puede observar una marcada brecha en los resultados que obtuvieron los estudiantes a base de su nivel socioeconómico, señaló la educadora y exsubsecretaria del Departamento de Educación, Ana Helvia Quintero. Un análisis que realizó la profesora tras la publicación de los resultados del 2012 destacan que la diferencia entre los estudiantes de niveles socioeconómicos altos y los de los niveles más bajos fue de unos 96 puntos en la prueba de matemáticas.

La relación entre la pobreza y el rezago académico ha sido estudiada durante años y existe evidencia que prueba cómo factores sociales, como la falta de recursos económicos para la compra de materiales educativos, la poca supervisión de los padres o encargados o vivir en ambientes violentos o de riesgo, limitan el aprendizaje, explicó el decano de la Facultad de Educación de la UPR en Río Piedras, Roamé Torres González.

“Esto demuestra que el problema va más allá del sistema público. Esto es un asunto del país completo. Tenemos que mirar cómo es que estamos enseñando, en las escuelas, los colegios y hasta en la universidad. La universidad tiene mucha responsabilidad en esto porque con estas pruebas se evidencia que ni el sistema (escolar) público ni privado están a un alto nivel internacional, así que no se trata de currículos”, manifestó Quintero, quien destacó que pruebas como las PISA evidencia que en las aulas puertorriqueñas se enseña “sin sentido”.

“Los estudiantes se aprenden la fórmula matemática, se la memorizan, pero después no la pueden aplicar, no la pueden usar”, lanzó a modo de ejemplo.

Los tres especialistas en pedagogía coincidieron en que los resultados de estas pruebas deberían poner al País a repensar el modelo educativo que se va a copiar, dado que Estados Unidos no ocupa las primeras posiciones y su desempeño ha ido bajando.

“Los fondos federales son un cuchillo de doble filo porque, para poder recibir fondos federales, hay toda una serie de criterios y de especificaciones que determinan que ese dinero va a llegar a determinado proyecto y no necesariamente ese proyecto es lo que necesita el sistema. Así que si el secretario o secretaria quiere implementar un proyecto de transformar que cree que es lo que se necesita para mejorar la educación, pues puede que no tenga los fondos disponibles porque no existen los ‘grants’ para eso”, sostuvo Molina.

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