SOS del peje blanco culebrense

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Por Fernando Torres / Especial para El Nuevo Día endi.com Probablemente para algunos culebrenses no es sorpresa alguna escuchar que algo extraño le está ocurriendo a las tortugas verdes (Chelonia mydas), o peje blanco, en las costas de Culebra. Es algo que no las hace ver tan bonitas y majestuosas como usualmente son. Se trata del crecimiento de numerosas verrugas y tumores por todo el cuerpo de esta especie. A veces son tantas y tan grandes que les impiden ver, comer o nadar, y en muchas ocasiones las hacen enrredarse en redes donde mueren asfixiadas. ¿Qué le está causando esto a nuestros pejes blancos? Los pejes blancos de Culebra están padeciendo de algo que se conoce en la medicina veterinaria como fibropapilomatosis cutánea (FP) de tortugas verdes, o sea, verrugas fibrosas. Aunque la enfermedad se ha estudiado bastante desde su primer reporte mundial hace unos 50 años, todavía hoy día existen muchas interrogantes sobre la misma. La mayoría de los científicos están de acuerdo en que un virus de la familia herpes aparenta jugar un papel importante en el desarrollo de la enfermedad, sin embargo esto no se ha podido probar con absoluta certeza. Este virus es totalmente distinto al virus papiloma que causa las verrugas en humanos. De hecho, nunca se han reportados casos humanos de infección con el virus causante de FP. Tortugas con FP se han reportado esporádicamente a lo largo de las costas de la Isla Grande desde hace muchos años, sin embargo en Culebra los primeros avistamientos documentados datan aproximadamente de la década de 1980. Encabezados por el investigador Carlos Diez, los científicos del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico (DRNA) comenzaron a recolectar información detallada sobre estos animales para mediados de 1990. Estas observaciones demostraron que la mayoría de los animales afectados habitan en la bahía de Puerto del Manglar. En contraste, casi no hay animales afectados en las aguas de la adyacente isla de Culebrita. Esta distribución particular entre áreas geográficamente cercanas también ha sido observada en lugares como Hawai y Florida. Más aun, existen muchas similitudes ecológicas y geográficas entre las localizaciones afectadas a nivel mundial. Debido a esto, muchos científicos han sugerido que puede existir un factor ambiental estrechamente ligado al desarrollo de la enfermedad y es posible que los pejes blancos nos estén sirviendo como “intérpretes” de los cambios ambientales. Estos cambios ambientales muy bien podrían tener un impacto negativo en otros organismos del ecosistema incluyendo peces y humanos. De aquí la importancia de prestar un poco de mas atención a estos nuestros amigos verdes. La importancia de estudiar y conocer más sobre esta enfermedad no es por impulsar esfuerzos para proteger una especie amenazada, sino que investigaciones adicionales podrían ayudar a conocer sobre cómo se pueden enfrentar otras enfermedades. Estudiando el mecanismo que el virus emplea para causar la enfermedad, se puede conocer cómo virus similares causan enfermedad en otros animales incluyendo a los seres humanos. Para conocer más sobre esta enigmática enfermedad y su impacto en Culebra, desde el 2003 investigadores del DRNA en conjunto con el Servicio de Pesca y Vida Silvestre Federal y voluntarios locales, unieron fuerzas con científicos veterinarios la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad de Georgia. Desde entonces nuestros amigos verdes se han estado examinando y monitoreado muy de cerca. Los investigadores del virus reciben el auspicio de Morris Animal Foundation, Gerladine R. Dodge Foundation y compañías privadas como Remote Vet Inc. IDEXX Laboratories Inc. y United Parcel Service (UPS), quien transporta a la Isla materiales y equipo libre de costo. Para mas información visite el sitio de internet Culebra Conservation Medicine Project