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La batalla final contra la pandemia del COVID-19

Imagen de Fabiola Cruz Lopez
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Publicado originalmente en la sección de Opinión de El Nuevo Día, como parte de la colaboración entre @CienciaPR y este periódico.

En marzo del año en curso comenzamos a dar la pelea contra el COVID-19 desarmados. Hoy, a finales de 2020, estamos en una etapa muy distinta.

El Departamento de Salud cuenta al presente con un sistema de respuesta fortalecido con sobre 6,000 pruebas moleculares diarias, vigilancia activa en centros de envejecientes, monitoreo de síntomas y rastreo de viajeros, sistemas de rastreo municipales integrados, que investigan sobre el 80% de los casos. Gracias a esa gestión, 9% de los contactos que salen positivos entran en aislamiento. Se promueve así cortar las cadenas de transmisión. Además, tenemos tratamientos para prevenir síntomas severos. Y lo mas esperanzador, llegaron las vacunas.

Hemos comenzado la batalla final contra COVID-19, pero para ganar la guerra es imperativo que no bajemos la guardia. A continuación, cito algunas consideraciones importantes para guiar nuestra respuesta durante los próximos meses porque seguimos estando susceptibles.

Según el reciente estudio de seroprevalencia, realizado por el Fideicomiso de Salud Pública de Puerto Rico y la Ponce Health Sciences University, tenemos una seroprevalencia estimada de 2.8%. Esto significa que aproximadamente tres de cada 100 personas han sido infectadas y tienen anticuerpos contra el coronavirus que causa COVID-19. Aún desconocemos cuánto duran esos anticuerpos y si ofrecen inmunidad o protección ante una futura infección. Por lo tanto, no podemos dejar de practicar las medidas de prevención: el uso correcto de la mascarilla, distanciamiento físico, evitar aglomeraciones y compartir con personas que no vivan con nosotros. Además, mantener el lavado de manos frecuente.

Por otro lado, aunque llegaron las vacunas contra el COVID-19, hasta que tres de cada cuatro personas complete su vacunación, no podremos regresar a la normalidad. ¿Por qué? Porque la vacuna no evita que te contagies, sino que ayuda a tu cuerpo a crear defensas específicas al coronavirus.

Si te expones, tu cuerpo tendrá la capacidad de combatirlo más rápido porque tiene el ejército inmune listo. Además, no olvidemos que llegar al 70% de la población vacunada para tener inmunidad colectiva y poder relajar las restricciones nos tomará meses (quizás hasta después del verano). Y, todavía no sabemos hasta cuándo nos durará la inmunidad provista por la nueva vacuna. Por tanto, la prevención debe seguir reinando.

Mientras, la naturaleza del coronavirus seguirá siendo un reto porque, al igual que otros virus, mutará todo el tiempo. Esto es normal. Sin embargo, una nueva variante del coronavirus detectada en el Reino Unido ya ha levantado alerta porque, aunque sus mutaciones no están asociadas a mayor virulencia o inefectividad de la vacuna, si parece tener mayor capacidad de transmitirse.

Sabemos que esta variante va a llegar a Puerto Rico, si no es que ya está en la isla. No obstante, para poder saberlo con certeza necesitamos levantar el Sistema de Vigilancia Genómica de Puerto Rico, algo que ya está en proceso. Esa iniciativa nos permitirá detectar con agilidad qué variantes del coronavirus y otras enfermedades están en el país y usar esos conocimientos para documentar nuestras respuestas de salud pública.

Mientras creamos esa capacidad, la nueva variante del virus, posiblemente capaz de transmitirse con mayor efectividad, nos afectará solo si lo permitimos. Por eso, no podemos confiarnos, ni relajar las restricciones y medidas de prevención, como sucedió en julio de 2020, lo que provocó un aumento significativo de casos, hospitalizaciones y muertes.

Afortunadamente, las medidas de prevención y vigilancia funcionan. La baja seroprevalencia y el hecho de que nuestro sistema de salud no ha colapsado surge gracias a que tenemos medidas como rastreo de contactos, aislamientos, cuarentenas, distanciamiento físico, lavado de manos y uso de mascarillas.

No podemos dejar caer estas medidas ahora que vemos luz al final del túnel. El virus sigue dando la batalla, pero a diferencia del comienzo, tenemos el equipo necesario para combatirlo. No bajemos la guardia en este 2021. Estamos comenzando la batalla final y sé que podemos ganar la guerra.

La autora es epidemióloga especializada en enfermedades infecciosas y epidemiología molecular, directora del Sistema Municipal de Investigación de Casos y Rastreo de Contactos y miembro de CienciaPR.

 

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