Puerto Rico no solo se encuentra más vulnerable debido a nuestra ubicación geográfica y los impactos del cambio climático, sino por factores sociales que van desde la pobreza hasta el acceso a un seguro médico. Según Estimaciones de Resiliencia Comunitaria (CRE, en inglés) hechas por el Censo en 2023, el 80% de la población puertorriqueña enfrenta vulnerabilidad social moderada o alta ante un desastre. A esto se le suma la vulnerabilidad que sufrimos por el frágil sistema eléctrico.
La primera vez que me tiré a mojarme bajo un fuerte aguacero estaba junto a mi mamá, papá y hermano visitando a mis tíos. Aquella tarde comenzó a llover y, con mi acostumbrada obediencia, fui a ocultarme de la gotas. Cuando miré hacia atrás, mis primos estaban felices brincando de charco en charco. El peso de la ropa mojada les hacía caminar distinto. Nunca me habían dejado hacer eso. Miré a mi madre un poco confundido, y vi como mi tía la convencía: “No le va a pasar na’, déjalo que se moje”.
A diario, Puerto Rico enfrenta las consecuencias del cambio climático: desde olas de calor hasta fuertes lluvias y entre junio y noviembre de cada año, temporadas de huracanes que son cada vez más activas. A todo eso se le suman un sistema de salud y una red eléctrica frágiles y un Estado que no siempre parece priorizar al pueblo. . Ante estas realidades, la prevención y el cuidado comunitario son claves para mantenernos preparados ante cualquier fenómeno atmosférico y emergencias —inundaciones, olas de calor, huracanes, terremotos, epidemias, etc.
Un plan de emergencia es una herramienta que te ayuda a prepararte y a tomar decisiones ante emergencias generales o particulares (una tormenta, huracán, terremoto, etc.) para mantenerte a ti, tus familiares y comunidad a salvo. Debemos recordar que las emergencias no siempre se pueden predecir, al igual que no sabemos cómo reaccionaremos ante las mismas. Por esta razón, es crucial que desarrollemos un plan de emergencia con nuestros familiares, personas queridas y hasta a nivel comunitario.
Además de afectar nuestra salud física, el calor extremo puede tener un impacto negativo en la salud mental. Según la Línea PAS, en mayo de 2023, 112 llamadas identificaron directamente las temperaturas altas como un estresor. Los expertos señalaban que era muy probable que otras llamadas también lo relacionaban, pero no lo expresaron.
Recientemente, San Juan, Puerto Rico fue catalogada como la sexta ciudad más calurosa del mundo debido a los efectos del cambio climático. Esta realidad aumenta las probabilidades de que las personas que viven en el archipiélago experimenten los efectos negativos del calor extremo (calor y humedad intensos con temperaturas superiores a las 90° F) en la salud física como los golpes de calor y el agotamiento.
El 2024 se catalogó como el año más calienteen récord a nivel mundial. Lamentablemente, las estadísticas y la ciencia indican que las temperaturas continuarán aumentando y según el estudio de Climate Central, Puerto Rico está dentro de los territorios de Estados Unidos que han registrado más calor. Por ejemplo, según las expresiones del Dr.
Marzo es el mes de la concienciación sobre el cáncer colorrectal. Esta enfermedad es el segundo tipo de cáncer más común en Puerto Rico. En el país hay más pacientes que mueren por cáncer de colorrectal que por cualquier otro tipo de cáncer.