La ofensiva certera contra el dengue
Enviado por Fabiola Cruz Lopez el
Puerto Rico reporta actualmente un aumento fuera de lo esperado en los casos de dengue. A pesar de que cada año se registran múltiples casos de la enfermedad, no siempre llegan a nivel epidémico o por encima del promedio histórico.
Sin embargo, en algunos años en los que tenemos un alza inusual, la misma puede estar propiciada por factores como la exposición previa de nuestro sistema inmune al virus, el calentamiento global, la cantidad de lluvia registrad en la isla, el comportamiento del virus en regiones cercanas a Puerto Rico, en el Caribe y Centro Suramérica, así como la cantidad de viajeros que llega a nuestras costas por aire y por mar. En la isla no observamos casos fuera de lo normal desde 2012-2013, hace ya 12 años.
Transmitido por el mosquito Aedes Aegypti, el dengue ha sido parte de la vida en los trópicos y en Puerto Rico por décadas. Sin embargo, vale recordar que la enfermedad es causada por cuatro virus distintos, aunque parecidos. Y no siempre tenemos los cuatro virus circulando a la vez. Por ejemplo, la epidemia en 2012 fue principalmente guiada por el virus del dengue tipo 1.
El reciente aumento de casos en Puerto Rico al presente está siendo guiado por el dengue tipo 3. Hace tiempo que la población no ha estado expuesta a este virus específico del dengue y nuestras defensas contra él pudiesen estar bajas. Ese factor puede estar contribuyendo a la inusual alza en casos. Además, hay otras condiciones favorables para la transmisión del virus que incluye las temperaturas altas y una transmisión histórica de dengue en toda las Américas.
El control del dengue es un asunto de salud pública que es responsabilidad de todos. Como individuos, debemos conocer los síntomas de dengue para poder recibir asistencia médica. Estos síntomas incluyen: fiebre, dolor muscular, dolor detrás de los ojos, así como en huesos y salpullido. El dengue puede limitar su capacidad de hacer las tareas diarias y en algunos casos severos se requiere hospitalización.
Las personas pueden contribuir a frenar los casos. Una acción importante es la visita a su médico, si presenta síntomas, porque son precisamente los galenos quienes reportan oficialmente los casos sospechosos al Departamento de Salud. A pesar de que el manejo clínico de un caso de dengue no requiere esperar un resultado positivo, la salud pública se beneficia de conocer dónde están ocurriendo los casos para identificar factores de riesgo presentes, para atenderlos y combatirlos. Entre esos factores puede figurar la variable de comunidades con escombros o basura acumulada, lugares donde se acumule agua, residencias sin rejillas o “screens” en puertas y ventanas o zonas con limitada educación sobre las medidas preventivas para controlar la propagación del mosquito que causa el dengue.
Toda esta información ayuda a dirigir las intervenciones salubristas, que pueden incluir educación a las comunidades afectadas, colaboración con municipios y entidades para recogido de escombros, uso de larvicidas en áreas difíciles de remover el agua almacenada, empleo de cubiertas para envases de almacenamiento de agua y promoción de instalación de “screens”, entre otras. También, es importante que la población se consciente de que la fumigación no es la solución estrella, ya se han realizado estudios que demuestran la resistencia de los mosquitos a los químicos, lo que convierte esta medida en una poco efectiva.
A nivel personal, se sugiere usar repelente y mosquiteros. Además, evite estar fuera de la casa en las horas de mayor actividad del mosquito, justo durante el amanecer y la tarde. Vista ropa que les cubra suficiente y remueva posibles criaderos de mosquitos en su patio u otras áreas del hogar. Manténgase alerta en sus viajes y atienda constantemente los mensajes de las autoridades de salud pública. Todos po