Actualizado el 9 de agosto, 2021 para reflejar el conocimiento científico más reciente.
La llegada de la variante Delta ha cambiado el panorama de la pandemia. Antes de entrar en los detalles, las buenas noticias: las vacunas funcionan y nos protegen de sufrir consecuencias graves, hospitalización y muerte si nos contagiamos con la variante Delta (y las otras variantes) y nos da COVID-19. Las medidas de prevención que ya conocemos también funcionan para protegernos de Delta y las otras variantes.
La semana pasada, en una rueda de prensa de la Casa Blanca, la Dra. Rochelle Walensky, directora de los CDC, dijo que la situación de COVID-19 se está convirtiendo en “la pandemia de los no vacunados”. Walensky acuñó el desacertado término para resaltar la gran vulnerabilidad de las personas no vacunadas ante COVID-19, en particular la variante Delta del coronavirus. Desde el presidente Joe Biden hasta los medios locales lo han repetido.
Digo desacertado, porque decir la pandemia de los no vacunados, no solo es incorrecto, sino hasta peligroso.
¿Sabías que según el Registro Central de Cáncer de Puerto Rico, 1 de cada 3 personas que nazca pudieran padecer de cáncer en algún momento de su vida? Todos los individuos están en riesgo de poder expresar esta enfermedad, la cual no discrimina contra género, edad o inclusive estratos económicos ni sociales. Cuidando lo más preciado que tenemos, que es nuestra vida y la de los nuestros, la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra cada año, el 4 de febrero como día mundial contra el cáncer.
Enero mes en donde celebramos la concienciación del cáncer cervical. Sin embargo, es importante que las mujeres prestemos plena atención al cuidado de nuestra salud reproductiva durante todo el año.
El cáncer cervical es el séptimo cáncer más diagnosticado en mujeres. Una de cada 91 mujeres en Puerto Rico podría desarrollar cáncer cervical durante su vida.
En términos básicos, el cáncer cervical comienza en las células de la superficie del cuello uterino y su desarrollo por lo general es muy lento. En sus inicios el cáncer cervical se observa como un tipo de lesión precancerosa que se le conoce como displasia. Estas lesiones pueden ser detectadas por una citología vaginal (o prueba de Papanicolaou o Pap) y es altamente tratable.
La pandemia de COVID-19 ha tenido un serio impacto en los pacientes de cáncer, sus familiares y cuidadores. En general, los pacientes de cáncer tienen un mayor riesgo de infectarse con el coronavirus (y cualquier otra enfermedad infecciosa) debido a que su sistema inmunológico se debilita a causa de tratamientos como la quimioterapia o el cáncer en sí mismo. Los pacientes de cáncer también están en mayor riesgo de sufrir consecuencias severas relacionadas al COVID-19.
Durante las últimas semanas el mundo ha observado con cautela al menos tres nuevas variantes del virus que causa COVID-19. Estas variantes surgen como parte de un proceso natural por el que pasan todos los virus, y es el de cambiar o mutar.
La variante que ha causado más preocupación se conoce como B.1.1.7 y fue identificada por primera vez en el Reino Unido. Aunque no se ha encontrado que cause una enfermedad más severa, la B.1.1.7 sí es altamente contagiosa o transmisible.
El sábado anterior me informaron que fui uno de los voluntarios que recibió la vacuna de COVID-19 (no el placebo) en los ensayos clínicos de la compañía Moderna entre agosto y septiembre de 2020.
A un año del comienzo de la pandemia de COVID-19, estamos cada vez más cerca de entender las complejidades de esta enfermedad. A pesar de ser una enfermedad respiratoria, los síntomas neurológicos que han surgido en pacientes con COVID-19 en un principio desconcertaron a los médicos.
La llegada de las vacunas contra COVID-19 representa el principio del final de la pandemia, pero trae nuevas interrogantes. Entre ellas: ¿una vez nos vacunemos tendremos que seguir utilizando la mascarilla?
La respuesta hasta el momento es sí. El uso de la mascarilla combinado con el distanciamiento físico seguirá siendo primordial para prevenir los contagios.