Alterna vs. tradicional

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Por Gloria Ruiz Kuilan / gruiz@elnuevodia.com El Nuevo Día En un mundo pluralista es norma que los pacientes diagnosticados con cáncer tengan el poder de decidir qué tipo de tratamiento quieren para combatir la enfermedad que les aqueja. Pero hoy día hay una gama amplia de opciones, que incluso, no se circunscriben a la medicina tradicional. Hay quienes optan por tratarse estrictamente con la medicina convencional y hay quienes recurren a la medicina complementaria o alternativa. También hay quien decide combinar ambos métodos. En días recientes, el cantautor puertorriqueño Draco dio a conocer que tiene un linfoma no Hodgkin en el abdomen. Trascendió que Draco optó por entrar de lleno a un tratamiento especializado en la clínica Burzynski Clinic en Houston, Texas, donde permanecerá por los próximos cuatro meses. Según dijo su representante, Angelo Medina, se trata de un tratamiento alternativo no tradicional. Luego del mismo, el cantante y compositor, decidirá si tomará quimioterapias o se someterá a otro procedimiento médico. Ciertamente, la decisión de Draco levantó una ola de críticas sobre la adecuacidad de su determinación. La decisión, también, centró la mirada pública sobre la existencia de una serie de tratamientos no convencionales. Ese es el caso del tratamiento de Vitamina C por vía intravenosa, utilizado en Puerto Rico por algunos que padecen cáncer. El bioquímico nutricional Michael González y el farmacólogo Jorge Miranda Massari son los principales propulsores de este tratamiento. Ambos son profesores del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico. Aseguraron que no postulan que se trata de una cura contra el cáncer, aunque dijeron que hay testimonios al respecto, sino que es un arma más que mejora la calidad de vida de los pacientes. Los dos catedráticos plantean que el cáncer es un problema de energía. “Pensamos que el cáncer comienza con el daño al mitocondrio, que es el organelo en la célula que produce la energía. Generalmente la célula de cáncer utiliza energía anaeróbica (que no usa oxígeno”, explicó González. Esa teoría la han bautizado con el nombre de “Teoría Bioenergética de Carcinogénesis”. Indicaron -en entrevistas separadas- que la célula con cáncer se dedica a reproducirse de manera “alocada”. El tratamiento con Vitamina C por vena junto a varios suplementos orales “tienen la capacidad de corregir muchos disturbios metabólicos que son contraproducentes en el proceso de cáncer”, dijo Miranda Massari. La dosis de Vitamina C la estiman entre 25 a 75 gramos dos a tres veces por semana. Lo acompañan con coenzima Q10, magnesio, ácido lipoico, acetil-l-carnitina y una multivitamina mineral de alta potencia. El tratamiento lo combinan con una alimentación alta en fibras, vegetales y frutas, y baja en azúcares y alimentos procesados. Agregó que no hay un tipo de cáncer sobre el que el tratamiento funcione mejor. Pero, recalcaron, que es medular que el paciente tenga tranquilidad para que el tratamiento sea efectivo. Miranda Massari dijo que estructuralmente la Vitamina C se parece a la de glucosa, pero al entrar en la célula cancerosa no actúa de la misma forma. “La glucosa le da energía para producirse de manera alocada. La Vitamina C no puede metabolizarse adecuadamente en la célula de cáncer porque le faltan unas enzimas en el proceso metabólico. Cuando llega a un punto, se convierte en peróxido y daña las membranas de las células y ese es uno de los mecanismos de destrucción”, precisó Miranda Massari, quien perdió a sus padres y a su esposa a causa del cáncer. Faltan más estudios Sin embargo, tanto Miranda Massari como González reconocieron que su teoría aún necesita de estudios que la solventen. Dijeron que a través del proyecto denominado RECNAR (cáncer al revés) en el que trabajan hace más de cinco años han realizado estudios en “donde hemos visto actividad carcinoestática, que detiene el crecimiento de las células de cáncer. Eso mayormente ha sido en laboratorio”, indicó González. “En términos del paciente, lo que podemos concluir, con seguridad, es que mejora dramáticamente su calidad de vida. Tiene más energía, menos dolor y se siente mejor”, dijo. Presentaron más de una docena de estudios y publicaciones en las que medularmente se habla de los beneficios de la Vitamina C en la calidad de vida del paciente. En síntesis, la mayoría concluye que hacen falta más estudios con un número mayor de casos y un mejor diseño. Otros hablan de una reducción del tumor canceroso, pero enfatizan que son estudios en laboratorio con líneas celulares. Además, dan cuenta de que no hubo una respuesta anticáncer. Reconocen, algunos escritos, que la suplementación con antioxidantes ayuda a una mejor tolerancia del tratamiento. “Lo que falta son más estudios con pacientes porque hay mucha investigación aislada, pero no hay tanta con pacientes como tal. Lo que a la clase médica le gustaría ver sería un estudio grande con pacientes y que se mida efectividad”, afirmó González. Es precisamente en los estudios que está en talón de Aquiles del tratamiento con Vitamina C, indicó el oncólogo y director médico del Centro de Cáncer del Hospital Auxilio Mutuo, Fernando Cabanillas. “No hay ninguna base científica para decir que esto es un tratamiento efectivo. No conozco de ningún tratamiento de estos (medicina alterna) que sea efectivo para erradicar el cáncer, aparte de la quimioterapia”, dijo el galeno quien trabajó por 28 años en el MD Anderson Cancer Center en Texas. “La única prueba que tienen son anécdotas, testimonios de personas que dicen que se han curado con eso. En la medicina, en la ciencia, los testimonios no son evidencia”, agregó el galeno, quien recalcó que Miranda Massari y González no son oncólogos. Cuestionado Burzynski Igualmente, Cabanillas cuestionó las credenciales médicas y la efectividad contra el cáncer de los métodos que promulga la Clínica del Burzynski, liderada por el médico y bioquímico Stanislaw Burzynski. “Él no es un experto (en cáncer) ni siquiera es oncólogo. Utiliza una sustancia que supuestamente extrae de la orina de las personas para extraer -a su vez- una sustancia que bautizó como 'antineoplastones'”, dijo Cabanillas. Sostuvo que critica con autoridad la decisión del cantante Draco Rosa de recurrir a esta clínica porque mientras él laboraba en el MD Anderson Cancer Center, la Junta Examinadora de Médicos de Texas le expresó a Burzynski que estaban preocupados por los métodos empleados. Este permitió la revisión de aproximadamente 60 de los récords médicos de sus pacientes. La revisión, estuvo en manos de dos oncólogos, entre ellos, Cabanillas, según dijo. “No pudimos concluir con certeza que los pacientes de Burzynski que resultaron beneficiados fueran producto de los antineoplastones o el efecto tardío de otros tratamientos a los que fueron sometidos incluyendo la quimioterapia por boca”. Por su parte, el presidente de la Asociación de Hematología y Oncología Médica de Puerto Rico, José Lozada, dijo que Burzynski fue hallado culpable de fraude por la forma en que mercadeaba su tratamiento. Además, dijo que su tratamiento “no es adecuado para el señor Rosa” porque el cáncer que se anunció que padece es “una enfermedad potencialmente curable”. Años sin grandes logros Entretanto, Miranda Massari cuestiona la efectividad de la medicina convencional contra el cáncer amparados en las estadísticas. Según el Centro para Control y Prevención de las Enfermedades, en 1950 por cada cien habitantes, 193.9 moría de cáncer. En el 2005 la cifra es de 183.8. Las cifras contrastan con otras enfermedades como las enfermedades del corazón, las enfermedades cerebrovasculares y la influenza y neumonía que han experimentado notables mejorías en la cantidad de muertes. “Si el paradigma de la oncología fuera tan bueno, estos patrones de mejoría se hubieran mantenido en cáncer también porque estamos hablando de 55 años de investigación y de billones en investigación”. Cabanillas ripostó: “la incidencia de cáncer es algo que está fuera del control de los médicos. No estamos en contra de que se miren otras alternativas. Pero no es cuestión de darlo así al paciente sin un protocolo organizado”. Mientras, Miranda Massari cuestionó por qué exponer a pacientes de cáncer a la severidad de los efectos secundarios de la quimioterapia cuando la Vitamina C podría ayudarlos. “Hay personas que han respondido muy bien. hay otras que no han respondido muy bien. Lo que sí es que mejora la calidad del paciente”, dijo González. “La ventaja de este tratamiento es que no es tóxico”. El médico especialista en oncología y enfermedades ambientales, Víctor Marcial Vega, dijo que hace más de 15 años administra en sus pacientes el tratamiento con Vitamina C. “Pero yo no curo nada. Ayudo a la persona para que su cuerpo se ayude a curar”. “Cuando manejo pacientes de cáncer en estadios terminales, después de dos o tres quimioterapias- y les doy Vitamina C para remover las sustancias químicas del cuerpo, al 10% se le desaparece el tumor. Los que no creen que esto pueda ayudar a los pacientes, son médicos que no lo han hecho”, dijo. El oncólogo Lozada dijo que en términos generales sus homólogos están abiertos a que se siga investigando sobre este tratamiento y otros no convencionales. Se hizo eco de las expresiones de Cabanillas sobre la ausencia de estudios controlados clínicos que sustenten que la Vitamina C ayuda a mejorar la calidad de vida o sea efectivo contra el cáncer. “El otro asunto es el peligro de este tratamiento. Hay evidencia científica de que los antioxidantes en altas dosis interfieren con la efectividad de la radioterapia y de la quimioterapia. Por lo tanto, nosotros no queremos que los pacientes usen eso durante el tratamiento”, recalcó Lozada. Dijo que advierten a los pacientes para que mientras estén bajo quimioterapia no usen Vitamina C o crema de progesterona. “Nadie que no sea un ginecólogo debe recetar progesterona. Causa cáncer de seno y coágulos de sangre, incluyendo derrames cerebrales”. Cabanillas dijo que, sin embargo, no hay oposición a que los pacientes realicen yoga, tai chi o acupuntura como mecanismo para paliar los efectos adversos de la quimioterapia que incluyen náuseas, vómitos, pérdida del cabello, piel seca, resequedad en la boca y transitoriamente disminución en los niveles de los glóbulos blancos en la sangre. Dijo que los oncólogos no están divorciados de la medicina natural. “Los oncólogos usamos drogas derivadas de productos naturales (plantas y hongos)” para tratar el cáncer. La dentista oncóloga Elba Díaz Toro dijo que aunque no cree que la medicina alterna combata el cáncer, son muchos los pacientes que recurren a ese campo para “controlar síntomas del tratamiento convencional”. “Se usan muchos los suplementos dietéticos, la acupuntura y las hierbas botánicas”.