Atrapada por los mitos la fauna nocturna

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Por Liz Yanira Del Valle / Especial El Nuevo Día endi.com Quinqué en mano, como en los albores del siglo pasado. Así se inicia un recorrido nocturno en los predios de la Hacienda Buena Vista, en Ponce. Esta vez, el tema central de divulgación no será la economía cafetalera del Puerto Rico decimonónico ni de los frutos menores allí producidos; sino la fauna nocturna. Una que aunque pareciera increíble sigue arrastrando el peso de unos mitos que le encadenan y en el peor de los casos amenaza con ser causa de exterminio para ciertas especies. “En Puerto Rico, como en todos lugares hay una fauna nocturna. La nuestra, en su gran mayoría se conforma de animales no tan grandes que solemos más que ver, escuchar, pero lamentablemente de éstos y, de otros que no necesariamente son nocturnos, hay una serie de creencias que pretendemos desmitificar en este recorrido”, explicó Sandra Franqui, superintendente de la Hacienda Buena Vista. Antes de iniciar el recorrido, los 20 excursionistas reciben una presentación de 15 minutos para luego arrancar a la aventura en silencio total y cruzando los dedos para poder avistar todos los animales posibles. Para Luz Morales, intérprete de la Hacienda, estos organismos son a veces vistos en otras escenas, como es el caso de los coquíes o los gongolíes, pero “aquí, en pleno silencio, adentrados en el monte, los espectadores podrán verlos o escucharlos en todo su apogeo porque están en su medio ambiente de forma más pura y recibir una información científica de cada uno de éstos como si estuviese en un aula”. Morales asegura que en ocasiones el conteo de organismos avistados llega a la cifra de 25 organismos. De éstos, figuran aves, anfibios, crustáceos, mamíferos, artrópodos, insectos y arácnidos. “En algunas ocasiones sólo los escuchamos, como es el caso del mucarito de Puerto Rico -“Megascops nudipes”-. Bueno, si lo podemos avistar mejor. Es interesante escuchar su ulular parecido al de la paloma turca. También entre ulular y cacareos nos pude confundir hasta con un mono, pero sigue siendo el mucarito y su canto sigular”, indicó. Morales aclaró que el canto de dicha ave no es señal de mal augurio. “Al pobre mucarito también le acusan de comerse los granos maduros del café cuando en realidad su dieta consiste de grillos, cucarachas, saltamontes, otros insectos y roedores. En realidad, quien verdaderamente se come los granos del café es el ratón. El mucarito está pendiente de los granos porque sabe que allí estarán los ratones”. Función ecológica vital Un canto frecuente a escucharse durante la gira es el del trino agudo del comeñame o camacho de Puerto Rico - “Loxigilla portoricensis”. Tanto para Franqui como para Morales, esta labor educativa es bien importante porque todos estos organismos tienen su función ecológica en nuestro medio ambiente y el compromiso de conservación de estas especies comienza a través del conocimiento de las mismas. La guía asume que a causa de estos mitos se han matado muchas especies. Por ejemplo, en la excursión menciona a los gongolíes que son aplastados sin piedad por la creencia de que son venenosos y de que se introducen en la piel. “Este artrópodo tiene dos pares de patas en cada segmento. Es terrestre, pero también puede respirar debajo del agua, son fitófagos, es decir, se alimentan de plantas. Y en vez de veneno lo que libera es una sustancia de olor muy fuerte que le sirve para defenderse cuando se siente amenazado. También se enrosca para protegerse de amenazas”, agregó Morales. Según la intérprete, otra víctima con mala fama, es el guabá. Conocido también como el escorpión sin cola, se comenta que es venenoso, que cambia de color y que se lanza sobre las personas. Morales recalca que nada de lo anterior es cierto y que este artrópodo suele vivir en lugares húmedos y oscuros como son las cuevas. Al ver una alevilla (mariposa nocturna), la guía aprovecha para recordar que estos lepidópteros son asociados con fatalidades. “En realidad estas mariposas evolucionaron a un color más oscuro para poder camuflajearse y protegerse de depredadores”, dijo. Especies condenadas Otra especie de la que se le conversa a los participantes es de los murciélagos. Es famosa la creencia de que todos se alimentan de sangre y de que se enredan en el pelo de las personas. Morales mencionó que en Puerto Rico existen 13 especies de murciélagos, el único mamífero que vuela. De las 13 especies, en la Hacienda habitan 10. “En la Isla no hay especies de murciélagos que se alimenten de sangre. Tampoco se enredan en el pelo de la gente. Todo lo contrario, estos animales tienen un sistema de ecolocalización o especie de radar que les ayuda a ubicarse por sondas. Estos animales son muy importantes ya que son dispersadores de semillas y contribuyen en el control de plagas”, explicó. En el recorrido también se divisan tarántulas, arañas lobo, buruquenas, caracoles, ranas, sapos, etc. De todos, la intérprete ofrece información científica y contesta preguntas de los participantes. En los predios de la Hacienda, frecuenta el culebrón de Puerto Rico, pero no han visto la Boa de Puerto Rico de la cual Morales piensa es una especie local bien condenada. “Se le ve como peligrosa, las matan porque creen que su aceite tiene propiedades mágicas y hasta se comenta la historia de que gustan mamar de la leche materna. Hay que desmitificar a la Boa de Puerto Rico -“Epicrates inornatus”- para que la ignorancia no la mate”, reiteró. Otra fuente del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico (DRNA), aseguró que también prevalecen matanzas de este ejemplar ya que emplea su sangre en cultos satánicos. La mención del coquí es la nota positiva de la travesía. Muchos quedan sorprendidos cuando Morales indica que el uso del “co” en su canto es para defender su territorio, ahuyentar a otros machos y el “quí” para atraer la hembra.