Confirman que existe un murciélago puertorriqueño

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Por: 

Aurora Rivera Arguinzoni
Cada especie tiene rasgos y ciclos de vida particulares. (Suministrada)

¡Puerto Rico tiene su propio murciélago!

Una investigación científica publicada recientemente confirmó que una especie que se creía estaba presente en varias islas del Caribe solamente habita en el Archipiélago del Encanto, específicamente en la isla grande y en Isla de Mona.

“Por muchos años su nombre científico fue Pteronotus p. parnellii, sin embargo hace unos años una científica pensó que podía ser único de Puerto Rico y sugirió cambiarlo a Pteronotus portoricensis. Había que verificar que en todos los países donde había Pteronotus p. parnellii no hubiera uno igual. No fue hasta agosto que salió (la confirmación), en el Congreso Internacional de Murciélagos, en Sudáfrica. Una científica de Brasil, Ana Carolina Pavan, oficialmente lo afirmó”, revela a Elnuevodia.com Waldemar Feliciano Robles, presidente de Fundación Quiróptera de Puerto Rico.

El estudio se titula “Integrating multiple evidences in taxonomy: species diversity and phylogeny of mustached bats” y fue publicado en la revista Molecular Phylogenetics and Evolution.

“Se pensaba que tenía una distribución bien amplia en todas las antillas, en el continente, pero resulta que son varias especies  y la que tenemos  solamente la encontramos aquí (incluyendo Isla de Mona)”, agrega uno de los científicos que más ha estudiado estas especies en el País, el doctor Armando Rodríguez Durán, coordinador general del Programa de Conservación de Murciélagos de Puerto Rico y profesor de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, recinto de Bayamón.

Entonces, ante esta noticia y en vísperas de Halloween, ¿qué mejor momento para explorar la vida de los murciélagos de Puerto Rico? Después de todo, estos seres milenarios han inspirado un sinnúmero de mitos y leyendas, algunas de terror, aun cuando son seres de bien y vitales para el ecosistema.

De acuerdo con Rodríguez Durán y Feliciano Robles, las 13 especies de murciélagos que viven en Puerto Rico cumplen cuatro funciones vitales: control de plagas de insectos como el mosquito Aedes aegypti (estimados conservadores indican que consumen unas 21 toneladas al mes), polinización, dispersión de semillas (incluidas especies endémicas) y ser alimento de la boa puertorriqueña.

Cada especie tiene rasgos y ciclos de vida particulares. Por ejemplo, el murciélago alioscuro puede vivir en espacios abandonados de zonas urbanas, el casero en los techos de casas de madera, el frutero común colgado de árboles con un harén, mientras que el frutero o nativo de Puerto Rico es más solitario.

Por otro lado, mientras el bigotudo menor, la especie más pequeña de Puerto Rico, vive en lo más profundo y caliente de las cuevas y sale más temprano que el resto a buscar insectos para comer antes de que especies más grandes los acaben, el pescador, que es el más grande de Puerto Rico, vuela hasta los cuerpos de agua pues se alimenta principalmente de peces. Su dieta es muy variada ya que también consume insectos, cangrejitos y escorpiones, pero verlo pescar es todo un espectáculo.  "Cuando un pez rompe la superficie del agua detecta que está, vuela, mete las patas traseras dentro del agua como si fuera un garfio y agarra el pez. ¡Es espectacular! En Vieques, en los recorridos por la bahía bioluminiscente, se pueden ver", describe Rodríguez Durán.

¿Estarán en peligro?

El Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico (DRNA) tiene la responsabilidad de evaluar cada investigación que se quiera hacer de los murciélagos. El resultado de las que autoriza le tiene que ser sometido y con esa nueva información la agencia ajusta sus políticas de manejo y protección. Actualmente analiza la posibilidad de que varias especies puedan ser vulnerables debido a que solo habitan en ciertos sistemas de cuevas que por sus complejas características han sido muy poco estudiadas, como las profundas y cálidas cuevas donde vive el bigotudo menor. "Si se aprueba (esa clasificación), sería la primera vez que se incluya una designación de hábitat crítico para murciélagos", explica Ramón Rivera, biólogo y director interino de la División de Ecología Terrestre del DRNA.

Experiencias únicas

Instituciones como el DRNA, la Universidad Interamericana de Bayamón, la Fundación Quiróptera de Puerto Rico, el Centro Ambiental Santa Ana (CASA), el Programa del Estuario de la Bahía de San Juan y la organización comunitaria El Corredor del Yaguazo, en Cataño, han promovido el estudio y la educación sobre los murciélagos logrando iniciativas diversas como el Primer Simposio de Ciencia y Comunidad, realizado este año, y el Festival del Murciélago Puertorriqueño, que hoy celebra su tercera edición en la Inter de Bayamón. Para más información sobre estos esfuerzos o para participar en recorridos o talleres, puede escribir a fundacionquiropteracorp@gmail.com, llamar al (787) 279-1912 ext.2138 o buscar las páginas de las organizaciones en redes sociales.

Para un directorio con detalles de las 13 especies de murciélagos de Puerto Rico, busque la edición impresa de El Nuevo Día o suscríbase aquí a la versión digital.

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