Estudio vincula la exposición temprana al huracán María con un mayor riesgo de desarrollar asma infantil
Enviado el 13 noviembre 2025 - 7:23pm
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A poco más de ocho años de su impacto, el huracán María aún es fuente de conocimiento científico. Así lo demuestra una investigación reciente, que presenta nueva evidencia del vínculo entre la exposición temprana a huracanes y un mayor riesgo de desarrollar asma infantil. El estudio analizó muestras de hisopado nasal de bebés nacidos durante el primer año posterior al ciclón y de otros procreados dos años después del desastre.
“Estos bebés que nacen durante una época muy alta de hongos, como fue 2018, que fue el récord histórico en Puerto Rico de esporas de hongos, tienen mucha Alternaria en su nariz, y eso quiere decir que estos niños, que están expuestos a un alérgeno tan temprano, pudieran seguir una ruta alérgica. Esos niños van a tener más probabilidad de tener asma, rinitis alérgica, que niños que no tienen ese hongo en la nariz, como serían los que nacieron en el año dos (posterior a María), que no había tanto hongo y la prevalencia de Alternaria en ese grupo de niños nacidos en el segundo año después del huracán no es tan frecuente”, explicó el doctor Benjamín Bolaños Rosero, coautor de la investigación y catedrático asociado del Departamento de Biología del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
Según el artículo –publicado en Microorganisms en julio–, los huracanes y las inundaciones elevan considerablemente los niveles de esporas de hongos en interiores, lo que se asocia con un mayor riesgo de desarrollar asma infantil y otros problemas respiratorios adversos. Añade que, si bien las composiciones fúngicas ambientales tras huracanes se han estudiado, las comunidades fúngicas dentro de la cavidad nasal –el micobioma nasal– de los individuos expuestos sigue sin explorarse.
Para el análisis, los investigadores recopilaron muestras de hisopado nasal de infantes durante dos períodos: de marzo a agosto de 2018 y de febrero a septiembre de 2019. En total, procesaron 58 muestras: 26 del primer año y 32 del segundo año posterior al huracán.
“En este estudio, se encontró en el año uno (2018) una prevalencia o una concentración de Alternaria de 42%. Fue el hongo más común en el primer año. En el segundo año (2019), la Alternaria fue muy bajita, 9%. O sea, hubo una diferencia significativa en la concentración de un hongo alergénico como es Alternaria en la nariz de bebés que nacieron un año después del huracán María”, abundó el profesor.
Los investigadores observaron una abundancia “significativamente mayor” de cuatro géneros de hongos –Alternaria, Eutypella, Auricularia y Schizophyllum– en el grupo del año 1, en comparación con el grupo del año 2. El estudio agrega que Alternaria es un género de hongos que se ha asociado con la humedad en las viviendas y ha sido reconocido como un alérgeno relacionado con el asma.
“Estudios previos han relacionado Schizophyllum y Eutypella con enfermedades respiratorias. Por ejemplo, Schizophyllum, un alérgeno y patógeno emergente, puede aumentar tanto la gravedad del asma como la frecuencia de las exacerbaciones. Asimismo, la inhalación de Schizophyllum puede causar micosis broncopulmonar alérgica. Se ha observado un enriquecimiento de Eutypella en el micobioma del esputo de pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Hasta donde sabemos, ningún estudio ha reportado una asociación entre Auricularia y enfermedades pulmonares”, precisa el estudio sobre los otros tres géneros de hongos identificados entre los infantes nacidos en el primer año luego de María.
Bolaños Rosero atribuyó el récord de esporas de hongos de 2018 –registrado en 20 años de estudio– al ciclón de 2017, pues, luego del evento, “había mucho material orgánico, había escombros, madera. Todo ese material orgánico sirve de crecimiento de los hongos y, por eso, vimos el récord. Para 2019, los niveles volvieron a niveles previos al huracán María”, explicó.
“Estamos en Puerto Rico haciendo estudios pioneros relacionados con eventos catastróficos como el huracán, y estos estudios de micobioma son relativamente recientes y no se había descrito en la literatura previamente. Son hallazgos nuevos, por primera vez, en Puerto Rico”, destacó el catedrático. “Estos hallazgos van más allá del evento del huracán como tal. Esto se puede reflejar tres o cuatro años más tarde, cuando estos niños empiecen a presentar con más frecuencia asma y problemas respiratorios, así que es algo que se puede extender a lo largo del tiempo posevento”.







