Ofensiva contra dos amenazas públicas

Este artículo es reproducido por CienciaPR con permiso de la fuente original.

PDF versionPDF version
Por Liz Yanira Del Valle Huellas / Especial El Nuevo Día endi.com Son dos especies invasivas. Una es del reino vegetal; la otra del animal. La primera, no es tan popular como la segunda, quien tiene fama de terrorista en el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín. Se trata del árbol de melaleuca y la iguana de palo. Ambas especies, que figuran como protagonistas de los nuevos proyectos del Consorcio del Estuario de la Bahía de San Juan (CEBSJ), amenazan con deteriorar el ecosistema del estuario. Según el científico ambiental del CEBSJ, Jorge Bauzá Ortega, el término invasivo se aplica cuando las especies exóticas comienzan a considerarse como un estorbo al desplazar o marginar especies nativas u afectar el ecosistema de la región donde fueron introducidos accidental o intencionalmente. El árbol de la melaleuca o 'Melaleuca quinquenervia' es oriundo de Australia y de otras regiones del Pacífico Sur. Se dice que durante los años 20 fue introducido a la Isla como especie de uso ornamental. En el 1997, se identificaron árboles de melaleuca al sur del Canal Suárez. Dicho canal es uno de los cuerpos de agua que conforman el EBSJ. “De este árbol ya tenemos rodales (bosquecitos de un mismo cultivo, en este caso de melaleuca) en un humedal adyacente a dicho canal. Es el único identificado en el EBSJ pero no podemos permitir que se propague”, dijo Bauzá. El doctor en oceonografía, explicó que la melaleuca seca los humedales ya que actúa como un sorbeto. Además de tener altas tasas de transpiración muda mucho sus hojas y deja caer ramitas que van rellenando gradualmente los humedales cambiando las características de la zona a una de tierra alta. Los humedales herbáceos de agua dulce del EBSJ son bien importantes porque sirven de hábitat para aves y peces, estabilizan y asimilan los contaminantes arrastrados por las corrientes que vienen de las áreas urbanas (tierras altas) y protegen a las comunidades aledañas a los mismos de posibles inundaciones. Según el Plan Integral de Manejo y Conservación del CEBSJ, del 1936-1995 se perdió un 49.5% de área total de humedales herbáceos del EBSJ, razón de peso para protejer los restantes. El CEBSJ iniciará en los próximos meses la remoción de los árboles en colaboración con el DRNA y el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre. El proceso no requiere de maquinarias. Se han identificado unos árboles adultos para inyectarlos con el yerbicida Rodal. El mismo, está autorizado para emplearse en los humedales porque no afecta el resto del ecosistema”, indicó Bauzá. El científico agregó que entre las especies nativas que sustituirán al melaleuca figuran: el palo de pollo o 'pterocarpus officinalis', anona, almendro, mangle y uva de playa. Mientras, el proyecto del control de las iguanas está en una fase inicial, pero no es menos importante. Estos animales no sólo han puesto en jaque al sistema de seguridad del Aeropuerto, al Departamento de Recuersos Naturales (DRNA) sino también al personal del CEBSJ. “Las iguanas se comen la hoja tierna del mangle por lo que no permiten que el mismo regenere sus hojas. Con sus uñas raspan y rasgan la corteza de los troncos de los mangles exponiéndolos a enfermarse con más vulnerabilidad. Se comen a los cangrejitos y los huevos de las aves que forman parte del hábitat del EBSJ”, añadió. Para el EBSJ, los mangles son tan importante como los humedales. Los mangles también proveen zonas de alimentación, anidaje y descanso para aves y reptiles. La descomposición vegetal dada en los manglares se transforma en materia orgánica que sirve de comida para cangrejos, moluscos, camarones y peces. El CEBSJ trabajará el proyecto del control de las iguanas en conjunto con el Proyecto Coquí de la Universidad de Puerto Rico.