Protagonistas de la Ciencia: puertorriqueña descubre insecto en Panamá y lo nombran en su honor
Enviado el 4 junio 2024 - 1:46pm
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La entomóloga Charluz Arocho Rosario hizo el hallazgo de la nueva especie de chinche apestoso durante una expedición al país centroamericano en la que la investigadora estaba dedicada a la búsqueda de escarabajos
En el país centroamericano, Arocho Rosario colectó, en 2022, un chinche apestoso, del cual no pudo identificar la especie porque solo recogió un espécimen. Al año siguiente, la entomóloga puertorriqueña regresó a Panamá y, al colectar dos muestras adicionales y comparar los tres especímenes, se identificó que era una nueva especie, denominada Chlorocoris charluzae Thomas.
“(Es) mucha emoción. Me llena de orgullo que, después de tantos años, porque llevo colectando insectos hace muchos años, pues, logramos encontrar una especie nueva, que aún no se había descrito. Es un sueño”, expresó la sanjuanera, quien reside en Texas, donde pronto culminará su doctorado en Entomología Médico-Veterinaria.
Arocho Rosario obtuvo, en 2019, su grado de maestría en Entomología Médico-Veterinaria de la Universidad de Texas A&M, donde estudia su doctorado. Asimismo, cuenta con un bachillerato en Ciencia Animal del Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico.
En entrevista con El Nuevo Día, explicó que la nueva especie pertenece al género de chinches apestosos conocido como Chlorocoris, del orden Hemíptero, y se alimenta mayormente de plantas. Aunque ella fue quien colectó la especie, recibió el nombre de Chlorocoris charluzae Thomas porque el doctor Donald Thomas, especialista en chinches apestosos, fue quien la describió.
El descubrimiento fue publicado, el 5 de abril, en Insecta Mundi: A Journal of World Insect Systematics.
Colección como pasatiempo
Arocho Rosario relató que la oportunidad de participar en los viajes de colección a Panamá surgió por una invitación de Thomas, quien es su jefe en el Departamento de Agricultura federal (USDA, en inglés), donde la entomóloga (especialista en insectos) trabaja con garrapatas. Puntualizó, no obstante, que no se trata de viajes de trabajo, sino de un pasatiempo.
“Es como un ‘hobby’ de mi jefe. Él colecta insectos, y yo colecto insectos también, y él me lleva para ayudarlo”, comentó sobre las expediciones que realizan junto a un grupo de científicos.
Explicó que, por lo regular, el viaje dura un mes, en el que pasan la mayoría del tiempo acampando en la montaña. Detalló que hacen las colecciones dentro de fincas cafetaleras, cerca de carreteras, en haciendas y distintos puntos a través de Panamá.
“Hay muchos días que uno está sin bañarse. Las noches no se duerme porque se ponen las luces. Nosotros colectamos con luces y paños blancos. Entonces, por las noches, se levanta uno cada una hora o dos horas a verificar la manta para ver qué especímenes hay”, abundó.
Iban tras escarabajos
Sobre la expedición que dio paso a su descubrimiento, Arocho Rosario destacó que la razón inicial era recolectar unos escarabajos del género Chrysina, que tienen colores metálicos, como dorado, plateado, azul y verde.
“Los insectos, así como el ‘stink bug’ (chinche apestoso) que colectamos, pues, se colectan, más o menos, a lo ciego, sin saber si es una especie nueva o no. Se colecta, nosotros tenemos permiso de exportación para Estados Unidos, se traen ya muertos y, entonces, se identifican”, agregó.
Comentó que, en este caso, pudieron hacer el hallazgo tras disecar el espécimen e identificarlo por la genitalia. Pero, subrayó que la experiencia retratada en las revistas científicas no siempre se asemeja a la realidad.
“No siempre es tan lindo como la foto o como los papeles científicos se ven. Muchas veces, se nos explotan las gomas, se nos pierden los materiales o nos chocan. Cualquier cosa puede suceder cuando uno está allá afuera expuesto”, aseveró.
Pese a los retos, Arocho Rosario resaltó que estar en el campo recolectando especies, junto con la oportunidad de viajar a distintos países, es la parte favorita de su trabajo.
“Hay demasiados insectos en el mundo y hay muchos que aún no están descubiertos. Tener la oportunidad de ir a Panamá anualmente y hacer trabajo de campo –que nosotros le llamamos trabajo de campo a acampar, colectar y estar expuesto al ambiente en donde ellos (insectos) están–, para mí, es mi mayor pasión. Es lo que me gusta hacer”, expresó.
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¿Eres o conoces a un científico boricua destacado en el extranjero? La historia podría publicar en Protagonistas de la Ciencia. Escribe a gerardo.alvarado@gfrmedia.com.