Protección a perpetuidad

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Por Sandra Caquías Cruz / end.scaquias@elnuevodia.com endi.com ADJUNTAS - La explotación minera en el corazón de la cordillera central no se concretó por la gestión comunitaria del Taller de Arte y Cultura de Adjuntas, mejor conocido como Casa Pueblo, una entidad que ayer dio carácter legal a sus logros con lo que se conocerá como el Fideicomiso de Casa Pueblo. Se trata de un documento con el cual buscan proteger a perpetuidad los bienes de esa organización de base comunitaria, entre ellos 150 cuerdas de terreno que se conocen como el Bosque Escuela La Olimpia, suelos adquiridos, en parte, con el dinero que recaudaron en la venta del Café Madre Isla, elaborado por manos voluntarias de esta entidad sin fines de lucro. “Hoy (ayer) vamos a crear por primera vez en Puerto Rico un patrimonio cultural comunitario a perpetuidad”, dijo Alexis Massol, director fundador de Casa Pueblo y ganador del premio Goldman por la lucha en pro del ambiente. “Después de todo esto que ha pasado me siento súper seguro que la trasformación de este país es viable, pero tiene que nacer de la base, no de arriba hacia abajo sino de abajo para arriba”, subrayó La primera encomienda del Fideicomiso de Casa Pueblo inicia el primero de julio próximo con el co-manejo y desarrollo de lo que se conocerá como “Reserva Puertorriqueña de la Biosfera - En Tierras de Adjuntas”. La protección de esas 36,000 cuerdas, que se extienden por 10 municipios, será en unión al Recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico y el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA). “Es algo extraordinario lo que ha sucedido en estos 27 años porque verdaderamente, y honradamente, nosotros no sabíamos a donde íbamos a llegar, sabíamos que queríamos parar la minería y luchamos y logramos ese objetivo y entonces pensamos: ¿Y ahora qué?”, recordó. Casa Pueblo es una organización de autogestión que la integran cientos de voluntarios de todo el país. Es una entidad que no recibe ni acepta ayuda gubernamental. Nació con el fin de evitar que se perdiera parte de la sierra de Adjuntas con un proyecto de explotación minera. El éxito de esta organización, según Massol, en gran parte se debe a que sus protestas están acompañadas de propuestas. Así fue como nació el Bosque del Pueblo, decenas de cuerdas de terreno donde desarrollarían la industria minera y que ahora Casa Pueblo co-maneja con el DRNA. Otra de esas propuestas fue la adquisición de la Finca Madre Isla, terreno que también estuvieron amenazados por el desarrollo minero. Es en esa finca donde hoy cosechan el café que mercadean bajo la marca Madre Isla. La educación ha sido la principal herramienta en Casa Pueblo. En esa línea crearon el Instituto Comunitario de Biodiversidad y Cultura con estudiantes de la escuela elemental Washington Irving, quienes semanalmente aprenden sobre la preservación el ambiente y la cultura. Voluntarios de Casa Pueblo, la mayoría educadores de la UPR, Recinto de Mayagüez, aportan sus conocimientos para estos niños. Es por eso que entre la escuela y el centro cultural no hay verjas que los separen sino un cultivo de hidropónico lechugas que siembran los estudiantes, a quienes es común verlos correr por los jardines de Casa Pueblo o entrar y salir del mariposario o su biblioteca. Sirena Montalvo Katz, portavoz del comité Caborrojeños Pro Salud y Ambiente, describió a Casa Pueblo como un grupo que la motiva en su lucha y le da esperanzas. “Son un modelo que todos debemos seguir. Deben nacer mucho grupos igual que ellos”, sostuvo la joven, quien acudió a la actividad para respaldar el Fideicomiso. Otra que se dio cita a la actividad de ayer fue Maricruz Rivera Clemente, de la Corporación Piñones Se Integra, quien elogió el trabajo de Casa Pueblo e invitó a las comunidades a emularlo “para poder preservar a perpetuidad los recursos que tiene el país... El planeta no aguanta más”. El alcalde de Adjuntas, Jaime Vélez Barlucea, dio su apoyo a Casa Pueblo y se comprometió a ser su “colaborador”. “Hemos respaldado toda gestión que ellos hacen para proteger nuestras tierras”, dijo Vélez Barlucea, quien destacó la importancia que tuvo Casa Pueblo en el diseño y remodelación de la plaza pública.

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