Cada año, la temporada de huracanes que se presenta entre los meses de junio y noviembre pone a prueba a las regiones del Caribe, el Golfo de México y el Océano Atlántico
Y aunque las previsiones nunca sobran, estos fenómenos naturales sólo dejan una estela de devastación a su paso y, en el mejor de los casos, potentes ráfagas de viento y lluvias. De cualquier modo, la vida se ve trastocada.