Tara Mandalaywala-Ocasio: Soy Borinqueña y Psicóloga Comparativa
Enviado por Samuel L Díaz Muñoz el
La doctora Tara Mandalaywala-Ocasio creció en un hogar multicultural lleno de ciencia que se refleja en su enfoque multidisciplinario sobre la cognición humana. La destacada científica nos cuenta desde su oficina en la Universidad Nueva York porque ha asistido a conferencias científicas desde que estaba en pañales, sus aventuras con los monos de Cayo Santiago y los retos y oportunidades que ha tenido como una borinqueña abriéndose camino en la ciencia.
Dime un poco de tu historia personal, ¿dónde naciste y te criaste?
Nací en la isla tropical de Ohio [risas]. Básicamente lo más lejano que podrías estar de los lugares de nacimiento de mis padres. Mi madre es puertorriqueña, así que yo soy mitad boricua, y mi padre es de India y se conocieron en Ohio. Mi padre estaba vendiendo máquinas de electrocardiograma (EKG) por el la’o, para sufragar sus gastos de la escuela graduada. Se conocieron cuando ella, una enfermera de cardiología, estaba insertando un catéter mientras él le vendía el EKG. Es [una historia] tan romántica que es básicamente perfecta.
Entonces ambos de tus padres tenían un trasfondo científico, ¿estuviste expuesta desde temprana edad a la ciencia?
Ambos de mis padres están muy envueltos en la ciencia. De hecho, mi mamá tenía su bachillerato en psicología. Mi padre y ella empezaron un negocio en el que diseñaban laberintos y otros aparatos para hacer investigación psicológica con ratones. Yo tenía un ratón en la compañía que era mi mascota y hacía experimentos después de la escuela.
Mi papá exhibía los productos de su compañía en la conferencia de la Sociedad para la Neurociencia (SfN). Yo nací sólo uno o dos días antes de SfN y mi papá se tuvo que ir a la conferencia, así que el me llama su “bebé SfN”. No teníamos mucho dinero en aquel entonces y combinábamos nuestras vacaciones familiares con la conferencia.
Curioso que todas estas experiencias estaban relacionadas a la psicología, el campo de investigación donde te desempeñas hoy.
Sí, de hecho yo siempre juré que no iba a hacer investigación en el campo del comportamiento, porque era lo que hacían mis padres. Después en la universidad básicamente me colgé en mi primera clase de genética. Estaba hasta el cuello y dije, bueno a lo mejor no quiero hacer esto. Tomé una clase de antropología biológica sin saber realmente que era y aprendí de la evolución, los primates, antropología y comportamiento. Y dije esto está brutal; esto es mucho mejor que la genética.
Pero tienes algunos artículos científicos en donde empleas la genética en tu investigación.
Sí lo he hecho. Es algo bonito que no había pensado hasta ahora. Siempre he estado muy atraída a lo multi-disciplinario y a integrar cosas de distintos campos. Pensé que había empezado en la universidad, pero a lo mejor empezó mucho más temprano por haber sido expuesta a muchas cosas diferentes.
¿Qué te llevo a la línea de investigación que hoy tienes?
En el Centro de Lemures de Duke secuencié parte del genoma del lémur. Pero cuando me daban la oportunidad de colectar muestras de los animales, pensaba que era mucho mejor estar con el animal que con su saliva o sangre. Entre esa experiencia y el curso de antropología, cambié a los campos de la psicología, antropología y el comportamiento.
¿Cuál fue el próximo paso después de tu bachillerato en Duke?
Después del bachillerato tenía una idea clara de lo que quería hacer. Iba a estudiar la evolución del comportamiento social y la cognición social. Un estudiante graduado en Duke, Evan MacLean, me contó de las investigaciones de Darío Masterpieri en Cayo Santiago.
A lo cual yo dije – ¿Cayo qué? Me estas diciendo que hay esta isla en Puerto Rico que tiene un montón de monos de la India? Esto parece encajar muy bien. Este sitio fue hecho para mi.
Así que me mudé a Puerto Rico donde viví en el barrio Punta Santiago de Humacao por tres años. Sólo había visitado una vez a PR antes de ir a Cayo. De repente todas estas cosas locas que hacía mi familia allá en Cleveland empezaron a tomar sentido. Como el dubi-dubi cuando van a Walmart; no es sólo mi familia ¡es todo el mundo!
Después de tu doctorado en la Universidad de Chicago, apoyada por la prestigiosa beca de la Fundación Nacional de Ciencias, llegaste a la Universidad Nueva York con otra prestigiosa beca. Pero ahora trabajas con los humanos y no con primates. Cuéntanos de tu investigación.
Siempre he tenido un interés en los humanos y por eso fue que estudié los monos. Mi interés es evolución humana: como los humanos llegaron a ser tan distintos de otras especies pero también en que maneras son similares. Cuales aspectos compartidos de la cognición aparentar ser fundamentales a través de muchas especies.
Mis investigaciones atañen como ves el mundo, especialmente las partes sociales. Como afecta la exposición a la diversidad en edades tempranas en como percibes conceptos como la raza, la clase y el género. Cuales son las consecuencias de ver el mundo en esa manera. Cuales son las consecuencias de desarrollar un concepto de raza y como difieren de acuerdo a tu propia raza y donde está asentada esa raza en la jerarquía social.
¿Qué oportunidades y que retos tuvo tu crianza multicultural, si la puedo llamar así?
Sí. Muy multicultural. Yo era tan diferente que no había más remedio que encajar en la sociedad. Era mitad boricua y mitad India viviendo en un campo de Ohío. Nadie era como yo y encima era una nerda. No encajaba tanto que tuve que encajar. Pero, tuve una experiencia muy positiva creciendo.
Era muy estadounidense en muchos sentidos. Nací en Ohio y me crié ahí. Pero teníamos nuestras tradiciones. Durante los festivales nos divertíamos mucho vistiéndonos en nuestros saris y hacíamos garbas –un baile indio. Yo no hablo español muy bien, pero repetía las frases que escuchaba de mi madre y nadie tenía idea de lo que estaba hablando.
No fue hasta la universidad que “sentí” mi etnia o hasta mi estatus de minoría como mujer. Cuando entré al programa en Duke, fue la primera vez que escuché a la gente decir– “Bueno, ella entró porque es una mujer o porque es una minoría”. Y yo les dije – “No. Yo entré porque soy una dura”.
¿Qué consejos le darías a las borinqueñas que quieren hacer ciencia?
Para borinqueñas en Puerto Rico: aprovechen el hecho de que están en Puerto Rico. Es un sitio ridículamente cool, especialmente para la ciencia de los ecosistemas o diversidad biológica. Si estas interesado en cosas naturales sal afuera y explora.
Encuentra un buen sistema de apoyo. Es bonito si es tu familia, pero no siempre lo es. Mi familia me apoya, pero también tengo un grupo de amigos que comprenden que la trayectoria de mi carrera es extraña y que es mucho trabajo y se fracasa mucho. Yo fracaso mucho más de lo que gano, pero siempre tengo gente que me recogen.
¿Cuáles han sido algunos de los mentores o modelos a seguir en tu carrera?
Mi madre fue un modelo importante. Me legó la mentalidad de que nunca puedes tener demasiada información y siempre puedes aprender algo más. Tuve muchos maestros en la escuela, en especial muchas maestras de ciencia. La Sra. Lee nos entrenó para los exámenes avanzados de Biología, sacando de sus fines de semana para ayudarnos en un café. Yo creo que las maestras de escuela elemental no se les da suficiente crédito por fomentar esto porque esto empieza bien temprano. Si te dicen desde una temprana edad que puedes hacer ciencia y matemáticas y lo trabajas vas a ser bueno.
En la universidad, tomé mucha inspiración de la Prof. Christine Drea. Pude ver que la lucha es real, y que hay personas muy exitosas que no reciben lo que se merecen. Pero con suficiente tenacidad y apoyo pueden lograr lo que se propongan. Mi mentora la Prof. Marjorie Rhodes es fenomenal, vivo ejemplo de cómo balancear el trabajo con la vida familiar.
La Borinqueña, Dra. Madalaywala-Ocasio también trabaja para inspirar a otros jóvenes. Entre sus actividades de alcance, ha ayudado a los jóvenes del sur de Chicago con solicitudes para la universidad y les ha enseñado a donde los puede llevar la investigación. Hoy es mentora en el programa 1000 Niñas, 1000 Futuros, donde utiliza videoconferencias para servir de mentora para niñas en las ciencias en todo el mundo. Así esta exitosa borinqueña se hace camino en la ciencia y apoya la próxima generación de mujeres en la ciencia.
Borinqueña enfatiza la contribución de la mujer puertorriqueña e hispana en las ciencias y la tecnología y brinda un espacio para discutir temas de interés y de empoderamiento de la mujer. En “Soy Borinqueña” entrevistaremos a científicas Boricuas e Hispanas que son un modelo a seguir para las futuras generaciones. Conoce sobre sus comienzos y la trayectoria que recorrieron para lograr su meta profesional. Usa #borinqueña cuando compartas esta historia.