Las respuestas de los países afectados por la pandemia de COVID-19 han sido variadas. Luego de una respuesta inicial tímida, el gobierno de Wanda Vázquez Garced estableció un toque de queda para el país por dos semanas. Eso hizo de Puerto Rico la primera jurisdicción de los Estados Unidos en tomar medidas tan drásticas. Pero, ¿es realmente necesario un cierre total en Puerto Rico o está exagerando nuestro gobierno? ¿Cómo compaginamos esta nueva realidad con nuestra cultura?
¿Qué es el distanciamiento social y por qué están importante?
Jamás pensé que iba a ser necesario escribir una columna para argumentar a favor del desarrollo y de la disponibilidad de una prueba para la detección del virus 2019-nCoV, cuya dispersión por el globo ha desatado una pandemia de grandes proporciones.
Sin embargo, quienes vieron “Jugando Pelota Dura” del pasado martes fueron testigos de un confuso panel médico con opiniones divididas con respecto a la utilidad y los beneficios de ordenar esa prueba, y de hacerla disponible bajo estricta recomendación médica.
El COVID-19 es una enfermedad altamente contagiosa. Una persona infectada con el virus SARS-CoV-2 puede transmitir la infección a un promedio de otras 2.2 personas. En el caso del COVID-19, de no tomarse medidas para para evitar el contagio, el número de individuos infectados en una comunidad aumenta exponencialmente.
Existen muchos factores que afectan la propagación de las infecciones virales como el coronavirus que causa COVID-19. Muchos hemos escuchado de la importancia de mantener distancia social y de lavarse las manos frecuentemente. Sin embargo, más allá de la proximidad o contacto directo, también existen factores ambientales que pueden afectar la transmisión de los virus.
Puerto Rico ha sido afectado por tres fenómenos diferentes en los últimos tres años: los huracanes Irma y María, los terremotos de principios de año, y ahora la pandemia del COVID-19. El COVID-19, comúnmente conocido como coronavirus, ha sido confirmado en cinco personas en Puerto Rico hasta la fecha, con 37 casos sospechosos. Mientras cuidamos de nuestra salud física, también es vital mantener buena salud mental. Tanto las experiencias pasadas como el aislamiento ante la necesidad de guardar distancia social tienen el potencial de afectar nuestra salud mental.
Ciertos tipos de virus, como el polio y el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), pueden atravesar etapas asintomáticas y aún así ser transmitidos a personas sanas. Este tipo de contagio asintomático es también el caso del coronavirus (SARS-CoV-2) que causa la enfermedad conocida como COVID-19. ¿Cómo se propaga el virus aún cuando las personas no presenten síntomas?
El coronavirus ya ha infectado a más de 167 mil personas en el mundo. Agencias como los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) ofrecen información actualizada y fundada en la evidencia científica sobre este virus para prevenir su propagación. A pesar de estos esfuerzos, las redes sociales son tierra fértil para la promoción de mitos.
El coronavirus COVID-19 llegó a Puerto Rico y consigo trajo gran incertidumbre. Es muy posible que en conversaciones sobre cómo mitigar su contagio hayas escuchado de la importancia de “aplanar la curva”. ¿Y esto qué significa?
En las últimas semanas hemos visto cómo se desata una pandemia por la enfermedad COVID-19. Ha quedado demostrado que aquellos lugares que han sido efectivos llevando a cabo el diagnóstico de esta enfermedad han logrado identificar la magnitud del contagio y tomar medidas para proteger a sus comunidades más vulnerables.
Debido al rápido incremento en la transmisión del coronavirus COVID-19 en todo el mundo, el desarrollo de una vacuna segura y efectiva se hace necesario como medida de control a largo plazo. La Comisión de Salud de China y la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunciaron recientemente que explorarán por lo menos cuatro diferentes tecnologías para encontrar una vacuna lo más pronto posible: