Acelerada destrucción de arrecifes

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Por Gloribel Delgado Esquilín / Especial para El Nuevo Día endi.com A los corales de Puerto Rico les podría tomar varios siglos recuperarse. Esto es si no ocurre una intervención humana que los afecte, no se produce ningún evento de calentamiento de las aguas, no ocurre ninguna pérdida dañina del ecosistema o no los afecta ninguna enfermedad. “Pero eso sería una utopía”, explicó el Coordinador del Grupo de Investigación del Arrecife de Coral de la Universidad de Puerto Rico, Edwin Hernández Delgado, sobre la posibilidad de que ninguno de estos factores ocurra en un futuro cercano y así, ver cómo se rehabilita este importante ecosistema. Y es que la velocidad con que un coral se recupera y crece, a razón de un centímetro al año, es sumamente lento, en comparación con todos los elementos que lo destruyen o compiten por su espacio. Estos factores mantienen alerta a la comunidad científica que recientemente ha identificado nuevos competidores en el arrecife de coral, que podría estar provocando que su ecología esté cambiando. “Este tipo de cambio es irreversible. Las algas o las esponjas son especies oportunistas. Es mucho más fácil y rápido para una alga colonizar un espacio abierto en el arrecife que para un coral recuperarse y crecer. En lo que pierdes un coral, necesitas años y años para que se recupere. Cualquier especie oportunista que no sea coral, lleva las de ganar. La tendencia es contra el coral”, explicó Hernández Delgado. Según ha identificado el biólogo marino, las algas han ido dominando el espacio de los corales, un patrón fácil de identificar en áreas costeras como Cabo Rojo y Piñones: “Lo que encuentras son aguas turbias, sedimentos, contaminación por fuentes dispersas y un arrecife dominado por algas, en vez de coral. Como la calidad de agua (en el mar) está tan deteriorada, no hay forma de que esos arrecifes se recuperen. Si no eliminas el factor estresante de la calidad de agua deteriorada, no se pueden recuperar”. Las descargas de plantas de tratamiento de aguas usadas al mar y el uso inadecuado del terreno, con situaciones como la deforestación, el aumento en la densidad poblacional, la construcción desmedida en las cuencas hidrográficas y finalmente la sedimentación que va a parar a los arrecifes de coral, son algunos de los responsables de esta pérdida. “Se siguen añadiendo pulsos de escorrentías sedimentadas a las aguas, esto causa un aumento crónico en la turbidez. Y los corales al igual que las plantas, necesitan del sol para vivir. Si se depositan cantidades muy altas de sedimentos en el fondo del mar, se obstruye el espacio disponible para las larvas de corales asentarse y crecer como corales juveniles”, argumentó Hernández Delgado, quien también identificó este año en aguas de Culebra la ausencia del desove coralino, que es el momento cuando los corales liberan sus huevos y esperma para su reproducción anual. Eventos climatológicos como éste y los recurrentes patrones de contaminación humana en las costas, podrían provocar que de aquí a unas décadas, los arrecifes de coral sean un tema del pasado. “Se puede eliminar un coral de cien años en una semana. El daño que ya se ha hecho a los corales en la mayoría de los arrecifes costeros ha sido de tal magnitud que es casi imposible de recuperar”, indicó el especialista. Al desaparecer el arrecife de coral, se pierde el hábitat de miles de peces, se elimina el beneficio amortiguador de los gases de invernadero, se cancela su atractivo turístico y los millones de dólares que genera una industria como el buceo. “¿Quién va a querer nadar en una agua mugrosa que lo que te puede dar es una infección de oídos?”, comentó el biólogo sobre la calidad del agua en la mayoría de las costas de Puerto Rico. “Lo que antes estaba dominado por corales, ahora es por algas. Se están eliminando los (corales masivos) que son los constructores principales de los arrecifes. Las algas, las esponjas y otras especies no constructoras de arrecifes están creciendo más por la cantidad de nutrientes en el mar, que provienen de las aguas usadas y las escorrentías. Si continúa aumentando la concentración de gases de invernadero en la atmósfera, continuará aumentando la acidez en el agua, disminuye la tasa de crecimiento neto del coral, y estás degradando el valor de los arrecifes”, comentó Hernández Delgado. La gran mayoría de los corales que están siendo afectados por la contaminación y el calentamiento de las aguas no podrán ser reemplazados al menos en muchas décadas y son primordialmente los pilares en la formación de los arrecifes del Océano Atlántico, como son el coral cuerno de alce (Acropora palmata) y el coral de estrella (Montastraea annularis).