“La vida es posible en otros planetas”

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Por Mario Alegre Barrios / malegre@elnuevodia.com Hace veinte años, al mismo tiempo que descubría los primeros planetas fuera de nuestro sistema solar, el eminente astrónomo y astrofísico, el doctor Alexander Wolszczan, se esmeraba en la preparación de lo que él califica como los mejores tostones de pana que jamás ha probado. Sólido candidato al premio Nobel de Física, el doctor Wolszczan (Volshdan se pronuncia), polaco de nacimiento y catedrático en Penn State, regresó esta semana a lo que él considera -sin lisonja- su “segundo hogar”, la Isla, Puerto Rico, donde residió por casi una década entre los 80 y los 90 con el radiotelescopio del Observatorio de Arecibo como su instrumento cotidiano para explorar el universo y realizar algunos de los descubrimientos astronómicos más importantes de las últimas décadas: los pulsares y los exoplanetas. Wolszczan fue parte de un nutrido grupo de científicos que hasta el pasado viernes se reunió en el observatorio para una serie de conferencias sobre los planetas que gravitan alrededor de remanentes estelares. “Viví aquí hasta 1992, cuando Dale Frail y yo anunciamos el descubrimiento de dos planetas extrasolares con una órbita alrededor de un pulsar que habíamos descubierto dos años antes”, explica. “En verdad no bromeo cuando digo que Puerto Rico es mi segundo hogar. Aquí tengo muchos y muy buenos amigos... Cada vez que tengo la oportunidad regreso, me encantan los tostones, en especial los de pana -más que los de plátano-, aprendí a hacerlos y me quedan mejor que en los restaurantes”. Consciente de lo distante que pueden parecer para muchos los descubrimientos astronómicos, Wolszczan asevera que todos ellos están estrechamente relacionados con nuestra vida como civilización. “Estamos hablando no solo de la vida en la Tierra, sino también de la posibilidad de su existencia en algún otro lugar del universo”, apunta. “La verdadera razón de mis investigaciones va más allá de una curiosidad intelectual, y se ubica precisamente en la búsqueda de vida en cualquiera de sus formas en otro lugar además de nuestro planeta”. Aunque habrá quienes piensen que esto no es importante o que solo lo sería en el caso de que algunos extraterrestres nos invadieran, para el doctor Wolszczan esa perspectiva simplista solo tiene cabida en Hollywood. “No se trata de marcianos, eso está bien para las películas”, apunta. “Nosotros somos el único ejemplo de vida que conocemos, pero eso no descarta que exista de alguna manera en otro lugar. Esa búsqueda está íntimamente vinculada a las grandes preguntas del ser humano... ¿de dónde venimos y cuál será nuestro destino como raza? Vivimos en un planeta y lo lógico es que esa búsqueda comience por descubrir otros planetas”. El Observatorio, un tesoro Para este galardonado científico, el Observatorio de Arecibo es, sin duda, uno de los más importantes del mundo por varias razones, entre ellas su ubicación y sus dimensiones, que permiten ambas explorar el cosmos a través de “un área enorme de recolección de datos”. “Para nuestra mirada al universo, este observatorio juega un papel excepcional”, afirma, mientras señala con un movimiento de la cabeza el radiotelescopio frente a él. “Desde aquí se han hecho descubrimientos muy importantes, entre ellos los nuestros y otros más que abrieron el camino para la confirmación de varios aspectos relacionados con la teoría gravitacional de Einstein”. En la misma línea de pensamiento, Wolszczan añade que este observatorio “es un tesoro para Puerto Rico que debe ser muy bien apreciado y cuidado por su gente”. “No se trata solo de un recurso extraordinario para la ciencia especializada, sino que también es una estupenda herramienta educativa de la que deben obtener el mejor provecho posible”. El tema de la educación es crucial para este hombre de ciencia que considera que el futuro de la civilización depende en gran medida en cuán educada esté. “Y no me refiero solo a los científicos, sino a la comunidad en general”, reflexiona. “En verdad pienso que todos -y digo todos- somos científicos aunque sea a un nivel muy elemental, premisa atada al hecho irrefutable de que somos parte de un ecosistema. Debemos tratar de comprender lo que sucede a nuestro alrededor como la primera condición para cuidar nuestro medio ambiente, de lo contrario nos va a ir muy mal”. Al reflexionar en la trascendencia de su descubrimiento de hace dos décadas, Wolszczan destaca que el resultado más inmediato fue convencer a los científicos de que los planetas que orbitan pulsares son algo común en nuestro universo. “Dos años después de ese descubrimiento, los científicos suizos Michel Mayor y Didier Queloz anunciaron el descubrimiento de otro exoplaneta, un gigante de gas con una órbita increíblemente corta de solo cuatro días alrededor de una estrella”, ilustra. “Este tipo de descubrimientos está en proceso y hasta la fecha ya se ha confirmado la existencia de poco más de 700 planetas fuera de nuestro sistema solar. Algunos de ellos están a unas distancias de sus respectivas estrellas que los hacen habitables, con condiciones propicias para la existencia, por ejemplo, de agua, lo que significa que la vida es posible en otros planetas”. “Ya estamos listos” Tenemos suficiente tiempo para que se encuentre vida en algún otro lugar del universo? “Eso depende de que tan viejos seamos -sonríe- porque puede suceder en los próximos años, unos 20 quizá. En un sector del mundo científico sentimos que ya estamos listos para dedicarnos a buscar formas de vida en alguno de esos planetas que hemos descubierto... es cuestión de años. Podría suceder mañana mismo... aguantemos la respiración”. ¿Qué piensa del nuevo giro que han tomado teorías como la del Big Bang y todo lo que se relaciona con el inicio del tiempo y del espacio? “Esas son las cuestiones más grandes, no solo de la física, sino de la existencia. Son preguntas que no tienen respuesta, al menos no de manera categórica... Hasta ahora la teoría del Big Bang había sido muy exitosa, pero hay quienes piensan que el Big Bang es solo un ‘Big’ drama y un ‘Big’ disparate, porque falló en predecir la existencia de la materia oscura y de la energía oscura, que son los mayores constituyentes del universo. Lo único cierto es que conocemos muy poco del drama y que tenemos que seguir trabajando muy fuerte para desentrañar en alguna medida los grandes secretos de la Creación y comprender de cierta manera lo que ocurrió hace 15 mil millones de años”. ¿Dios tiene un lugar en este universo nuestro? “Depende del concepto que se tenga de eso que llamamos ‘Dios’. Para mí, como científico, Dios es todo lo que no comprendo, todo lo que está más allá de los límites de mi entendimiento”. ¿Piensa en el premio Nobel? “No demasiado, no me quita el sueño, pero sí, sé que es una posibilidad...”.