Por: Coral Avilés Santiago
Estudiante de Ciencias Ambientales de la UPRRP y miembro de la Sociedad Eco-Ambiental 

Se acerca el Día Mundial del Agua y queremos aprovechar esta oportunidad para reflexionar sobre la importancia de este recurso esencial que permite la vida en nuestro planeta. Los animales, las plantas, los hongos, todos necesitamos el agua. Sin embargo, los humanos muchas veces no le damos el valor que merece. Es una parte integral de nuestro diario vivir y conecta nuestra vida con la de todos los organismos a nuestro alrededor.

En el caso de Puerto Rico, sabemos que vivimos en una isla rodeada por el mar, pero aun así dependemos del agua dulce que cae en forma de lluvia y nutre nuestros cuerpos de agua superficiales y subterráneos para convertirla en agua potable. Lo que no todos los habitantes de la isla se dan cuenta es que por estar localizados en la zona tropical de nuestro planeta, nuestras condiciones climáticas nos proveen un abasto de agua que cae del cielo la mayor parte del año. Deberíamos apreciar esta agua y utilizarla con consciencia, ya que muchos otros países no tienen esa oportunidad. Cuando tenemos mucha agua y nos sobra, la despreciamos y no notamos su importancia, pero cuando no llueve lo suficiente, como en la sequía de años recientes, qué mucha falta nos hace.

Es muy urgente que tomemos consciencia del valor que le damos al agua y comencemos a darle mejor uso. Para aprovechar el agua que tenemos disponible, una buena práctica sostenible que deberíamos realizar es instalar mecanismos para recoger el agua de lluvia que cae sobre los techos de los edificios. Esto disminuiría nuestro consumo de agua potable, ya que se podría usar el agua no potable de la lluvia para actividades como bajar los inodoros, regar las plantas, limpieza, entre otros, evitando así el malgasto del recurso. Otra práctica sencilla que podemos llevar a cabo en nuestro diario vivir es no comprar agua embotellada. Este producto convierte el agua en una comodidad a la que solo algunos pueden tener acceso. Además, las botellas junto con otros artefactos de plástico como las bolsas, los cubiertos desechables y los sorbetos son de los desperdicios que más daño están haciendo a nuestros océanos.

El acceso al agua potable todavía es una lucha en muchos países, por lo que debemos agradecer que vivimos en un país con acceso al agua limpia y de calidad. En el 2010, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en su Asamblea General reconoció el acceso al agua limpia como un derecho humano, ya que es algo esencial para el disfrute pleno de la vida y de todos los derechos humanos. Este acceso a agua debe ser suficiente (para poder cubrir con todas las necesidades básicas diarias), seguro (libre de contaminantes), accesible (que el agua se pueda conseguir cerca y fácilmente), asequible (costo razonable) y aceptable (condiciones como color, olor, sabor).

Aprovechemos el día de hoy y desde el lugar donde nos encontremos, pensemos cómo podemos contribuir a mejorar la calidad del agua en nuestros cuerpos de agua y a asegurar que el uso que le demos al recurso sea uno sostenible. Unámonos en este Día Mundial del Agua para trabajar por el derecho de agua limpia para todos.