Ingeniero boricua a cargo de aviones presidenciales de EE.UU.

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Por: 

Gerardo E. Alvarado León
El ingeniero también lidera un programa en el que inspira a jóvenes a estudiar ciencia a través del deporte. (Suministrada)

Un ingeniero puertorriqueño -experto en sistemas espaciales- es el encargado de asegurar que la nueva flota de aviones presidenciales de Estados Unidos complete vuelos seguros.

Su nombre es Edgardo Santiago Maldonado, natural de Bayamón y quien, como empleado de la Fuerza Aérea de EstadosUnidos, integra el grupo de ingeniería de la Oficina del Programa del Reemplazo del Avión Presidencial, conocido como el “Air Force One”.

“Soy el ingeniero a cargo de la navegabilidad del nuevo avión presidencial de Estados Unidos. El Programa del Reemplazo del Avión Presidencial está a cargo de desarrollar aviones nuevos para reemplazar los aviones presidenciales (existentes). Los aviones utilizados actualmente llegarán pronto a sus 30 años de vida de servicio”, dijo Santiago Maldonado, de 34 años, al explicar que la navegabilidad es la disciplina.

“El Programa está en medio del proceso de planificación del avión para ser modificado para cumplir con todos los requisitos del presidente de Estados Unidos para ejecutar sus roles constitucionales como jefe en comando de las fuerzas armadas, jefe de estado y jefe ejecutivo alrededor del mundo mientras está en vuelo. En mi rol, estoy encargado de manejar el proceso de certificación del avión bajo laAdministración Federal de Aviación y de la Fuera Área para mantener la certificación de la FAA una vez este sea modificado, lo cual es requerido para todo avión de pasajeros”, agregó.

Santiago Maldonado, quien posee un bachillerato en ingeniería química de Georgia Tech y una maestría en sistemas espaciales de Florida Tech, es el único boricua en el Programa del Reemplazo del Avión Presidencial. Destacó, sin embargo, que “somos muchos” puertorriqueños trabajando, tanto civiles como militares, para la Fuerza Aérea en la base aérea Wright-Patterson en Dayton, Ohio.

Previamente, Santiago Maldonado trabajó para la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, en el Centro Espacial John F. Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida. Durante 10 años, fue investigador principal e ingeniero a cargo de sistemas espaciales para utilizar recursos planetarios, como por ejemplo, extraer oxígeno del suelo lunar y extraer oxígeno y combustible de la atmósfera de Marte. Su último proyecto en la NASA fue como ingeniero a cargo de diseñar un sistema de manejo de fluidos para una futura misión robótica llamada “ResourceProspector”.

“Esta misión robótica, que se lanzará en 2020 a la Luna, será la primera misión dedicada a minar en otro planeta. El objetivo principal de la misión es identificar recursos disponibles en la superficie de la Luna, como lo son hidrógeno, agua y oxígeno, que podrían ser utilizados en futuras misiones humanas para la Luna y Marte”, explicó Santiago Maldonado, quien también trabajó haciendo investigación en el área de sensores para la detección de combustibles tóxicos que son utilizados en las naves espaciales.

Santiago Maldonado, quien fue premiado por su aportación como autor de los planes de la NASA para el desarrollo de la tecnología en el área de sistemas de superficie para exploraciones humanas, aspira a seguir puliéndose como ingeniero de sistemas hasta llegar a ser jefe de ingeniería para algún programa en la Fuerza Aérea. Tampoco descarta regresar a Puerto Rico, sobre todo para motivar a los jóvenes a interesarse por las ciencias.

Con esa última aspiración en mente, Santiago Maldonado estableció, junto a otros dos boricuas en Ohio, la organización sin fines de lucro The Academy for STEM and Sports, mediante la cual inspira a los jóvenes a estudiar ciencia, tecnología, ingeniería y/o matemáticas utilizando el deporte como catalítico.

“Nuestra meta es demostrarle a los jóvenes que son apasionados al deporte, que el mismo les ofrece mucho más que el potencial de una carrera profesional atlética. Las estadísticas demuestran que menos del medio por ciento de los jóvenes que practican deportes llegan a ser profesionales, una cifra muy baja. Sin embargo, un porcentaje mucho más alto de esos jóvenes participando en deportes llegan a obtener alguna beca deportiva para competir a nivel colegial, y de esos un 82% llega a completar sus estudios”, indicó.

Santiago Maldonado dijo ser ejemplo de cómo, gracias a una beca deportiva, pudo completar su bachillerato sin costo alguno.

“Acepté la oferta para jugar béisbol en Georgia y con mucho esfuerzo, me abrió muchísimas puertas hasta llegar a donde estoy hoy. TAFSS es mi forma de ayudar a futuras generaciones y abrirles los ojos a muchas de las oportunidades disponibles para obtener una educación y ser profesionales”, concluyó.

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