Reflexión impulsada desde lo alto

Este artículo es reproducido por CienciaPR con permiso de la fuente original.

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Por Liz Yanira Del Valle / Especial para El Nuevo Día endi.com Es una invitación revolucionaria. No se asuste. Acéptela. No tiene que llevar armas, piedras o cantar consignas. Si va no le arrestarán, ni le harán carpeta. Sólo requiere llevar los ojos conectados al alma y desvestirse del egocentrismo que tanto caracteriza al llamado animal de inteligencia superior. Puede ponerse calzado cómodo, gafas, llevar sombrero o sombrilla (por si el sol le molesta), libreta y lápiz (debería leer y anotar) y dejar la prisa afuera. No hay excusas, puede llegar de noche ya que está las 24 horas del día esperándole. El destino radica en la plaza de Recreo Santiago R. Palmer del Municipio Autónomo de Caguas. Tiene hasta junio para aceptar el convite. Es un banquete visual titulado La Tierra vista desde el cielo. Un trabajo del fotógrafo francés Yann Arthus-Bertrand, que tanto sorprende como despierta curiosidad, alegra como sobrecoge, ilumina como avergüenza otro tanto, impacta como tranquiliza, provoca rabia como consuela ante esperanzas. En fin, amplía las fronteras culturales, agudiza el ojo para sensibilizarlo a este medio artístico a la vez que educa sobre intrincados temas científicos ambientales. Para tal objetivo, es necesario no conformarse con observar las imágenes sino leer detenidamente sus respectivos calces. Dicha invitación pretende hacer reflexionar a sus espectadores sobre la evolución del planeta Tierra y el futuro de sus habitantes. Hablar de evolucionar hacia nuevos modos de producción y cambiar los hábitos de consumo nada tiene de rosado, pero para Yann Arthus-Bertrand, autor del proyecto, “ni es una fatalidad ni es inevitable: los cambios son necesarios y, sobre todo, posibles”. Arthus-Bertrand está convencido de que “hoy más que nunca, los niveles y modos actuales de consumo, producción y explotación de recursos no son viables a largo plazo”. Qué se ve y por qué se ven, cómo se ven (ciertos parajes de la naturaleza en diferentes puntos de la Tierra) qué cambiar y a quién mirar como modelo de ejemplo de las múltiples posibilidades es el resumen de las 120 imágenes fotográficas que conforman dicha exposición presentada al aire libre y sin costo alguno. Además, el trabajo guarda una estrecha relación con la diversidad de la naturaleza propia pero más que nada y según su propio creador presenta la “huella del hombre y sus agresiones al entorno”. Desarrollo sostenible La Tierra vista desde el cielo es un documento gráfico que plantea, según su autor, la posibilidad de “caminar hacia un desarrollo sostenible que permita mejorar las condiciones de vida de todos y cada uno satisfaciendo al mismo tiempo la necesidades de las generaciones futuras, basado en un crecimiento económico respetuoso con el hombre (el ser humano) y los recursos naturales de nuestro único planeta”. Algunos de los temas presentados a través de estas vistas aéreas son: la deforestación, las inundaciones, el derretido de los glaciares, las prácticas nocivas de agricultura tradicional, la explotación minera, la introducción de especies exóticas a otras zonas que no son propias de su hábitat natural y los desastres naturales. También se presenta la explotación del trabajo infantil, el hacinamiento en las ciudades, la pobreza extrema, la subalimentación, la sequía, la sobrepoblación de las zonas costeras, la erosión, la caza furtiva de animales o su tráfico ilegal, el desplazamiento de poblaciones y la contaminación ambiental causados por conflictos bélicos. La desigualdad de la distribución de la riqueza, la contaminación nuclear, el mal manejo de los desperdicos sólidos, las prácticas desmedidas de la industria turística sin considerar el impacto al medioambiente, la extinción de diversas especies de la biodiversidad y el crecimiento poblacional están reflejados en estás imágenes que hablan por sí mismas de todas esas explicaciones dadas por célebres científicos, quienes a veces parecen hablar a oídos sordos. Pero no todo es negativo. Otras imágenes traen mensajes de esperanzas y de buenos modelos. Por ejemplo: El empleo de la energía eólica es presentado en la foto del Parque Eólico de Dinamarca, país europeo que al presente satisface 10% de sus necesidades de electricidad mediante esta energía renovable; el uso de los residuos de industria forestal y desechos de tala como combustible. La iluminación artificial para sostener producción agrícola en países con rudos inviernos es ejemplificado con una foto de un invernadero en Finlandia, nación que produce anualmente bajo estas condiciones 35,000 toneladas de tomates como también cubre un 20% de su consumo energético con el empleo de energía renovable. Se observan prácticas agrícolas amigables con el ambiente como la que presenta la foto de los cultivos en las orillas del Río Uruguay en la Provinicia de Misiones, Argentina donde se siembra a lo largo de las curvas del terreno dejando bandas de hierbas entre surcos para atenuar la erosión resultando exitosa la cosecha de algodón, tabaco, té, mate, girasol, arroz y cítricos. Otras prácticas agrícolas como la que se observa en la foto de los acantilados de Islas de Aran en Irlanda, donde sus habitantes han fertilizado el suelo de las islas extendiendo sobre la roca una mezcla de arena y algas destinadas a crear una capa de humus sobre la que siembran. También, la imagen muestra cómo han protegido sus cultivos de la erosión eólica (del viento) construyendo una red de muros cortavientos poco elevados, los cuales dan la apariencia de un gigantesco mosaico. El cultivo de algas para fines alimentarios presentes en una foto tomada en Indonesia. Las bondades del suelo volcánico de Lanzarote (Islas Canarias) con una singular técnica vitícola donde las cepas de las viñas se siembran en el centro de unos embudos excavados en las piedras volcánicas llamada lapilli. A dichos embudos se le construyen unos semicírculos de muros de piedras con el objetivo de proteger la vid de los vientos secos del nordeste y del Sahara. Su lente curioso explora también la posibilidad de la reconversión urbana de las ciudades. Este caso es ilustrado en la foto del museo Guggeheim de Bilbao, País Vasco. El museo, es un icono de los planes de transformación de este clásico centro industrial que ahora se renueva con una arquitectura de avanzada, sistemas de transporte, elaboración de zonas verdes, creación de espacios abiertos entre otras. Y así, otros ejemplos discurren en la exposición. Esfuerzo conjunto Para Yann Arthus-Bertrand los cambios y el compromiso efectivo con la vía del desarrollo sostenible dependen en gran medida de los “gobiernos y poderosos de este mundo”, pero también cada individuo “tiene un papel en el futuro del planeta, cada persona tiene el poder y el deber de actuar y movilizarse en masa para influir en los que tienen el poder de decisión”. Esta exhibición fotográfica ha recorrido sobre 100 países. Su autor pasó par de días en la Isla donde sobrevoló y fotografió su próximo trabajo a revelar. Ahora resta por esperar un tiempito para satisfacer la curiosidad de saber qué fotografiaría el artista en suelo borincano. Temas le sobran y como es el Caribe, las apuestas no faltarán.