Creatividad e innovación al rescate de la cotorra puertorriqueña
Enviado el 23 julio 2024 - 8:05pm
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Durante dos años y medio, Diego Duchateau, de 18 años, dedicó su tiempo libre a pintar el rostro de la cotorra puertorriqueña sobre pequeños trozos de madera con la idea de que locales y extranjeros se llevaran de su visita al Bosque Nacional El Yunque un recuerdo del ave endémica en peligro de extinción, mientras contribuían a su recuperación.
De manera consistente, el espigado adolescente –natural de Dorado– produjo sus ornamentos, inspirados en los vibrantes colores y belleza de la también llamada iguaca, y los donó a la organización sin fines de lucro Eastern National, que tiene a su cargo la operación de la tienda de recuerdos del centro de visitantes El Portal de El Yunque. El dinero recaudado por la venta de dichos adornos se invirtió en el Programa de Recuperación de la Cotorra Puertorriqueña.
Hoy, el alumno admitido en Bates College, en Maine, abre vuelo a lo que será el comienzo de su carrera universitaria en Ciencias Ambientales, y deja el nido de lo que fue contribución por los pasados dos años.
“Me siento bien orgulloso de que pude hacer esta contribución al proyecto y a las cotorras. Es una oportunidad que muchos jóvenes no tienen, tener tanto impacto en un proyecto de esta calidad y esta magnitud”, manifestó.
A principios de 2022, y con 16 años, entonces, Diego envió un correo electrónico a la administración del bosque, expresando su deseo de colaborar con la cotorra. Por la distancia entre Dorado, donde reside, y Río Grande, donde ubican El Portal de El Yunque y las áreas recreativas principales del bosque, era difícil para él unirse al programa de Embajadores de la Cotorra Puertorriqueña, que adiestra a voluntarios en orientar al público sobre la Amazona vittata y alimentar y cuidar de los tres individuos de la especie que se exhiben en el centro de visitantes.
Motivado por su mamá, Alexandra Ramos, Diego hizo una propuesta que conmovió al liderato del bosque. “Nos enteramos de que El Portal estaba por abrir, y que tenían una tienda, y de ahí surge la idea de vender los ornamentos”, expresó la psicóloga de profesión, quien dejó al personal de Eastern National la venta de los ornamentos, pues aseguró que no tiene destrezas comerciales.
Los adornos rápidamente captaron la atención de los visitantes, desde que Diego llevó su primera entrega, en febrero de 2022. Eastern National vendió las 781 piezas producidas por Diego durante estos dos años, y recaudó $7,797 para los esfuerzos de recuperación de la cotorra puertorriqueña. Con su acción, Diego, compartió, además, un pedacito de la belleza del ave endémica con cientos de personas en diferentes partes del mundo.
Apasionado por la conservación ambiental, el estudiante reafirmó su deseo de regresar a Borinquen y a las tierras de Yocahú, tras culminar sus estudios, para continuar su misión de contribuir a sacar a la cotorra de la lista de especies en riesgo de desaparecer.
La cotorra puertorriqueña entró al Registro Federal como especie en peligro de extinción, en 1968, tras un censo revelar que solo quedaban 70 individuos silvestres. Esto provocó que el Servicio Forestal, en colaboración con el Servicio federal de Pesca y Vida Silvestre, iniciaran esfuerzos formales de investigación para salvarla.
El legado de Diego
El doradeño fue sorprendido, recientemente, con un reconocimiento por parte de oficiales de El Yunque cuando se disponía a entregar la que será su última producción, ante el comienzo de su nueva etapa como universitario.
Como acto de gratitud, se le entregó una placa en caoba rescatada de los árboles que perecieron tras el paso del huracán María, en 2017. La pieza fue confeccionada por algunos empleados del Servicio Forestal. David Isle, oficial de Servicios Públicos de El Yunque, y el agrimensor forestal Randolph Stoddard Ramos trabajaron la madera y grabado, respectivamente. Mientras, Isabel Escalera, directora del centro de visitantes dibujó el arte de la iguaca.
Keenan Adams, supervisor forestal de El Yunque, resaltó el innovador proyecto de colaboración de Diego, e indicó que es un modelo para emular.
“La historia de Diego puede incluirse como una parábola de las pequeñas acciones de una persona que crean un efecto en cadena. La cotorra es uno de los símbolos icónicos de Puerto Rico, y está en peligro crítico. Espero que los esfuerzos de Diego inspiren a otros a ayudar a la población silvestre a prosperar”, expresó Adams.
Por su parte, Ilse subrayó que “Diego nos ha iluminado a nosotros aquí, en El Yunque, y demostrado cómo una persona puede hacer un cambio”. A su vez, destacó su espíritu de servicio y desprendimiento.
Si desea unirse al programa de Embajadores de la Cotorra Puertorriqueña, escriba a sm.fs.voluntariado@usda.gov.